Raoul Dufy dejó una estela de pintor con alegría de vivir. «Dufy es el placer», dijo de él Gertrude Stein, aunque no le ayudara nada esta frase. Abrió ventanas al mar y nos sumergió en un ensueño de colores y de sensaciones placenteras, de tardes luminosas entrevistas por balcones a medio cerrar por contraventanas de madera. Durante su estancia en EE.UU., en 1950-51, tenía entonces 74 años, el TIME lo apodó «El abuelito de lo chic moderno».