Recupero esta entrevista que le hice a Francisco Umbral con motivo de su libro: Valle Inclán. Los botines blancos de piqué (Planeta), publicada en El Mundo, el 16 de febrero de 1998, como un recuerdo para quien fue un magnífico «escritor de periódicos» tan constante como incisivo, siempre atento a la actualidad y con una inmensa altura literaria. Leída de nuevo, compruebo que está de actualidad, no solo por Valle y las obras que siguen representándose en los teatros de Madrid (Luces de bohemia, Las comedias bárbaras), sino también porque estamos en el bicentenario del nacimiento del general Prim, sobre el que Valle trabajaba antes de morir.
Se lo dedico a mi querido amigo y gran escritor, Ernesto Pérez Zúñiga, virtual marqués de Bradomín
«EL CARLISMO DE VALLE-INCLÁN NO ES MÁS QUE UN ODIO A LO QUE MADRID SUPONE COMO PODER CENTRAL»
Francisco Umbral ha escrito un libro sobre Valle-Inclán sabiendo que no le hacía ninguna falta a Don Ramón María. Pero a él, sí. En esta biografía interior de Valle iba buscando «las claves de una escritura», pero se ha dejado apasionar por los conflictos morales del autor y por la Historia de España. Con Valle-Inclán. Los botines blancos de piqué (Planeta) ha vuelto al dandi, al maudit y a la estética de un escritor singular que vivió los vaivenes de una España convulsa.
Pregunta.- Primo de Rivera calificó a Valle-Inclán de eximio escritor y extravagante ciudadano. ¿Los políticos hablan de escritores que no han leído?
Respuesta.- El político actual -ya hemos descendido de nivel- no suele referirse a los escritores, se refiere a los periodistas: «Los periodistas canallas de Felipe González», «la prensa canallesca», etcétera. Pero no pasan de ahí, a los escritores no llegan. Primo de Rivera no habría leído a Valle pero lo de eximio, que es un topicazo, le sonaba muy bien.
P.- Valle se opuso siempre a la sociedad burguesa. Primero desde posturas tradicionalistas y más tarde como revolucionario. Parece que en ambas buscaba más la estética que la política.
R.- Su más clara asignación política fue el carlismo. Yo digo en un libro que el carlismo de Valle-Inclán no es más que un antimadrileñismo, un odio a lo que Madrid supone como poder central. Javier María Pascual, que fue un escritor carlista, habla de la farsa del madrileñismo, ese conglomerado de escritores, marquesas, putas, políticos, banqueros, académicos…, eso que, visto desde la perferia, resulta ser una masa que se mueve, donde puede pasar de todo. Es lo que le molesta y repugna a Valle. En cambio, encuentra en el carlismo una pureza militar, una pureza campestre, una guerrilla de derechas, pero saludable, generales que duermen en tiendas de campaña como antaño los Reyes Católicos. Eso le parece mucho más noble que el contubernio madrileño.
P.- Su visión ácida y su disconformidad fue permanente; incluso cuando los del 98 dejan atrás el radicalismo, Valle aparece aún más iconoclasta.
R.- Llega un momento en el que se desengaña del carlismo. Lo explica muy bien en el final de La guerra carlista y en el final de Las sonatas. Se decepciona, bueno, se decepciona Bradomín que es su alter ego en el siglo XIX. Entonces, Valle va pasando a la izquierda. Yo diría que la progresión política de Valle es esta trilogía: Azaña o la República, Lenin o la Revolución Soviética y Bakunin o el Anarquismo; y ahí acaba, en el anarquismo, un anarquismo destructivo, como cuando dice en Luces de bohemia que hay que implantar la guillotina eléctrica en la Puerta del Sol o que Barcelona sólo se salvará destrozándola, que esa Barcelona no vale, que hay que hacer otra. O cuando le dice a Rómulo Gallegos que para arreglar el problema de México no queda más solución que el degüello. Y ahí está Chiapas, claro, si hubieran degollado a todo el PRI, ya estaría resuelto.
P.- Es decir, que Valle recorre lo que usted ha llamado la órbita inversa; no se hace de derechas siendo mayor sino todo lo contrario.
R.- Azorín empieza de anarquista y luego se hace de derechas, pero Valle va cada vez más lejos. Esa es la órbita racional de un hombre que cada vez va siendo más de izquierdas. La otra órbita, la del involucionismo hacia posiciones más burguesas, tanto de personas como de partidos, es la habitual, pero no es lo lógico, lo lógico en un hombre como Valle es ser más revolucionario en vista de que la sociedad no cambia. O empeora.
P.- Pero lo normal es agotarse con la edad, al adquirir una posición de mayor confort.
R.- Pero él no tuvo nunca mucho confort; tuvo, sí, más respeto, pero él no cambia, él muere escribiendo un folletón sobre la verdad del asesinato de Prim. Valle era un militarista que planteaba el problema de España en términos militares, y él muere en Galicia aclarando la muerte de Prim y deja ese folletón sin terminar. Quiero decir que él sigue en lo suyo, hablando de un militar que prometía una revolución para traer la República. O sea, que estuvo en la brecha hasta el último momento.
P.- En su tiempo Valle sufrió las dificultades que suponía ver representadas algunas de sus obras…
R.- No había técnica.
P.- Se dijo que no era verdadero teatro, pero se adelantó.
R.- Por eso es un actor actual, del siglo XX, cuando la gente estaba todavía en el teatro del XIX.
P.- ¿Ahora tendría que ver con el cine?
R.- En concreto con Luces de bohemia, sí. Esta obra es una película. Y en la novela El ruedo ibérico, por ese continuo juego de planos, ese barajeo de las situaciones, de los personajes, en donde mezcla varias acciones a la vez. Eso es cine. Y luego están los elementos estéticos: cómo fija una sombra, una luz, una esquina…, o la velocidad con la que transcurre todo. Lo único que le hace anticinematográfico es el lenguaje. En el cine no se puede hablar así, es maravilloso para leerlo o para verlo en un teatro porque el teatro tolera ese lenguaje y hasta el verso, pero el cine, no.
P.- Dice Valle que a él le falló la época. ¿Cree que a usted también le falló?
R.- Yo creo que las épocas no tienen porqué fallar, la prueba es que en los 40 años de Dictadura surgieron muchos valores, ya clásicos, como Buero Vallejo, Cela, los pintores de El Paso… Hay que saber aprovechar la época en la que vive uno porque no tienes otra. Valle decía que le había fallado porque a lo mejor hubiera preferido vivir en la época de Isabel II para darle aún más caña. Quizá le falló en el teatro porque era un teatro muy técnico, pero Valle-Inclán aprovechó la época al máximo.
P.- ¿Cuáles serían hoy las bestias pardas para el Valle periodista?
R.- Pues seríamos casi todos porque él dijo aquello de que el periodismo avillana el estilo y nos encontraría villanos a todos.
P.- ¿Es Valle-Inclán un precursor del realismo mágico?
R.- Está en García Márquez; Del amor y otros demonios es puro Valle. Influyó mucho también en Carpentier.
P.- Cito de su libro: «Una ciudad con varios genios perorando en los Cafés tiene poco que envidiar a Atenas».
R.- Era un momento en el que Azaña tenía su tertulia en el Ateneo, y también Unamuno; Valle tenía su tertulia de La Granja del Henar; Ramón, en el Pombo. Eso no lo tenemos hoy. Hasta la Guerra Civil, Madrid era Atenas, era como tener a Sócrates en una plaza y a Platón en la otra, y eso no se había dado nunca, quizá se dio en el Siglo de Oro. Existía una categoría mayor que la Academia y era tener tertulia propia.La última a la que yo asistí fue a la de Gerardo Diego, en el Gijón. En aquella tertulia había escritores como Buero, que me habló de tú a tú desde el primer día. Por allí iban Garciasol, Aldecoa, Hierro, Celaya, Fernán-Gómez, gente que venía del exilio como Ernestina de Champourcin. Yo he conocido a casi todos los del 27, a Dámaso, a Guillén… a casi todos.
Umbral sube y baja la pierna de la mesa buscando una postura cómoda. La escayola no está invadida de firmas como suele ser habitual. Ha escrito sobre ella un poema. Le pido que lo lea y él lo recita: «Esta escayola es Grecia/ el Partenón de mi pie/ el mármol de mi gloria/ pedestre./ Este pie izquierdo lo ha elegido la Academia/ para empezar mi estatua/ por algún sitio,/ puede empezar el besapié».
Sea.
En tiempos tan poco inteligentes como los actuales uno extraña mentes tan claras como la de Umbral y agradece este tipo de recordatorios en forma de entrevista.
Gracias por despertarme la memoria somnolienta con la rutina de los días y la exhaustiva información de todo lo que acontece. Siempre nos das algo para pensar y disfrutar ¡ Qué bueno Michi!