Fernando Beltrán, poeta y nombrador (www.elnombredelascosas.com) cuerpo y alma de uno de los empeños culturales más hermosos y necesarios, creó hace diez años un lugar que, siendo una biblioteca, no es solo eso. Lo ha llamado Aula de las Metáforas –otro de sus felices encuentros con la lengua con la que nombra las cosas que hasta entonces no sabían cómo se llamaban– y lo ha repoblado con sus propios libros. Él ha sido el primero en colocar su biblioteca poética personal en las estanterías y después lo hemos seguido algunos más, instituciones y privados. “Lo increíble de todo esto es que han sido casi 200 convocatorias de actos en diez años, y con un presupuesto anual que no ha pasado casi nunca de cinco o seis mil euros, y sin cobrar nadie ni un solo euro en los diez años”, dice Beltrán cuando se le pide un balance rápido de todo este tiempo… “No olvides”, dice también, “que en esta aventura me han ayudado Leopoldo Sánchez Torre, profesor de la universidad de Oviedo, el novelista y abogado Manuel García Rubio y el bibliotecario de Grado, Gustavo Fernández…, más la colaboración desinteresada de tantos y tantos poetas, músicos, autores…”. Fernando Beltrán no se olvida de los apoyos que ha tenido, y continúa teniendo, que son fundamentales para arrancar y mantener un proyecto complejo en un ambiente socioeconómico que no es precisamente proclive a dar saltos de alegría cuando se trata de cultura.
Un poco de historia
Fernando Beltrán (Oviedo 1956), realizó una primera donación de 2000 libros de su colección particular al Ayuntamiento asturiano de Grado, villa originaria de su familia, para que formasen el fondo inaugural de una biblioteca que, con el tiempo, pudiese convertirse en importante centro promotor de actividades relacionadas con el ámbito poético.
El Ayuntamiento de Grado hizo suya la iniciativa y acondicionó unas dependencias de la Casa de la Cultura, en el histórico Palacio de Valdecarzana, del siglo XVIII, para que fuesen la sede permanente del Aula. Es un espacio de dos plantas para lectura y consulta de los fondos, pero también para la realización de otras actividades encaminadas a la promoción de la poesía, como exposiciones, talleres y recitales.
Todo lo que ocurre allí es posible gracias a la sensibilidad de prestigiosos artistas y diseñadores que han ofrecido desinteresadamente su colaboración, como es el diseño del local del que se ha encargado Jesús Moreno, o la generosa donación de artistas como Juan Carlos Mestre, Jesús Peñamil, Pepe Gimeno, Carlos de Paz, Pep Carrió, Miró, Pepe Hernández, Fernando Vicente, Gonzalo Torné, Canya, Hoa Melgar, Helios Pandiella, Julio Estrela, Raúl, Eduardo Sánchez Beato y Miguel Mingotes. El Aula cuenta, por tanto, con una valiosa colección de arte, a la que se añade un espléndido retrato de Juan Ramón Jiménez a lápiz, obra de Benjamín Palencia.
La primera piedra
El Aula de las Metáforas se inauguró el 29 de febrero de 2004 con la presencia de Fernando Beltrán y Amancio Prada. Un año después, tuvo lugar el primer acto público, con una lectura de poemas del premio Cervantes, Antonio Gamoneda. Desde entonces se viene manteniendo una programación periódica con lecturas de poemas, conciertos, exposiciones, ciclos de cine, talleres de creación, conferencias, presentaciones de libros y revistas, encuentros de poesía joven, etc. A lo largo de estos años, han pasado por el Aula poetas, músicos, diseñadores y artistas como Adonis, Ángel González, Joan Margarit, Francesc Parcerisas, Xuan Bello, José María Parreño, Santiago Sylvester, Pastora Vega, Luis Eduardo Aute, Víctor Manuel y un amplísimo etc. Hasta el momento, han sido muchas las instituciones oficiales y asociaciones culturales que han enviado ejemplares y que se han comprometido a hacerlo regularmente; es el caso de la Academia de la Llingua Asturiana, la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Principado de Asturias, el Real Instituto de Estudios Asturianos; el Ateneo Obrero de Gijón, la Asociación Cultural Valentín Andrés, la Asociación Cultural Literastur y la Asociación Recreativo-Cultural Dafne; las Juntas de Castilla-La Mancha, Castilla-León, Andalucía y Extremadura, así como la Ciudad Autónoma de Melilla, el Govern Balear, el Gobierno Vasco, la Diputación General de Aragón y las Diputaciones Provinciales de Málaga y Segovia; la Fundación Jorge Guillén; el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, cuyo Centro de Estudios de la Poesía nos ha remitido íntegra la prestigiosa colección de la Universidad Popular José Hierro; y la propia Biblioteca Municipal de Grado. También han colaborado con el Aula numerosas editoriales y donantes particulares.
Las donaciones
Gracias a las donaciones, el Aula alberga también dos colecciones muy singulares: una en catalán y otra en asturiano. La Biblioteca Catalana es la colección de libros de poesía en catalán más completa de las que existen fuera de Cataluña, las Islas Baleares y la Comunidad Valenciana. La Biblioteca Asturiana se inauguró en 2011, gracias al patrocinio de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Principado de Asturias y a la colaboración del Gremio de Editores de Asturias, que siguen aportando periódicamente ejemplares a una colección que suma más de quinientos libros.
Otra sección muy especial dentro del Aula la constituye la llamada Sala de Dones, en la que se muestran algunas de las donaciones más destacadas que se han ido recibiendo, por el número o por la relevancia de los fondos. En la actualidad, se pueden ver las donaciones realizadas por Jordi Doce, Asunción Carandell, viuda del poeta José Agustín Goytisolo, y la de quien esto suscribe. Y para que conste, y con el honor que siento al pertenecer a este singularísimo club de lectores, reproduzco lo que dijo entonces la prensa de mi donación, el 14 de octubre de 2010:
Miguel Munárriz dona su biblioteca poética personal: “Con estos libros donados al Aula de las Metáforas descubrí el mundo”
«El actual Delegado del Principado de Asturias en Madrid, acaba de hacer pública la donación de su Biblioteca Poética personal a la Fundación Aula de las Metáforas, que preside el poeta Fernando Beltrán. La donación, compuesta de más de 600 volúmenes de alto valor bibliográfico, en lo que puede considerarse una auténtica “Biblioteca Escogida”, está ya en Grado y quedará instalada los próximos días en una sala del Aula de las Metáforas, ubicada en la Casa de Cultura, en el Palacio de Valdecarzana. La colección contiene libros de distintas épocas y generaciones poéticas, pero supone una completa selección antológica -con numerosos libros dedicados por sus autores-, de las décadas del setenta, ochenta y noventa del pasado siglo. La memoria literaria y sentimental, en definitiva, de quien fue, entre otras muchas labores, presidente de Tribuna Ciudadana, cofundador de la revista Luna de Abajo, antólogo de la obra del poeta Ángel González y director del suplemento cultural La Esfera del diario El Mundo, responsabilidad por la que recibió el Premio Nacional de Fomento de la Lectura. Con esta entrega se inaugura dentro del Aula la SALA DE DONES, un espacio al que se irán sumando nuevas bibliotecas personales de autores españoles, y en el que como elementos añadidos se incorporan ahora distintas obras gráficas y fotografías artísticas donadas, entre otros, por Antonio Masip, ex alcalde Oviedo, el poeta Javier Lasheras, el diseñador gráfico Helios Pandiella y Asunción Carandell, viuda de José Agustín Goytisolo…».
La Fundación Aula de las Metáforas tiene unos principios, narrados de forma especial en los siguientes párrafos, de este empeño tan loable como titánico.
1 La Fundación Aula de las Metáforas hace suyo el espíritu de su creador al concebir un espacio destinado a la lectura, el pensamiento y la imaginación, así como su intención de convertirlo en foco de agitación lírica y actividad permanente en torno a la poesía y el hecho poético.
2 La Fundación asume como mandato inicial el de conservar el fondo bibliográfico del Aula, así como el de estimular y ayudar a su ampliación mediante adquisición o entusiasta y festiva acogida de donaciones procedentes del mundo cultural, académico y editorial.
3 La Fundación pondrá especial énfasis e ilusión en la incorporación a sus fondos de aquellas colecciones privadas pertenecientes a poetas que encontrarán en el Aula un lugar privilegiado para la conservación íntegra tanto de su obra como de su legado
bibliográfico.
4 La Fundación entiende el ser y el estar de una biblioteca poética como el de un organismo vivo, útil, utópico, esencial y en permanente pie de conciencia; una auténtica “Sublevación Inmóvil” según bautizo simbólico inspirado en el poeta Antonio Gamoneda.
5 La Fundación traza su ámbito de incendio, abrigo y actuación en torno al mundo de la poesía y de cualquier otra manifestación literaria o artística que haga de la belleza, la emoción, el vértigo, el sentido menos común, la alabanza de la lluvia y la ética de la desobediencia su razón de ser.
6 La Fundación Aula de las Metáforas se constituye como una institución sin ánimo de lucro, pero con ávido ánimo de lucrarse a manos llenas del inmenso capital inmobiliario gestionado por los poetas a través de esas casas prestadas llamadas poemas.
7 La Fundación aspira vivaz y febrilmente a contagiar y ser contagiada por el entorno y las gentes que la rodean, pues sólo como palabra pública y habitada tienen sentido el verso, la espuma y el barro de los poetas, así como la existencia de una Biblioteca o Sublevación Inmóvil permanente.
8 La Fundación se siente y se resiente asimismo celosamente asturiana, al tiempo que proclama su vinculación raíz a la villa de Grado, sin renunciar por ello a perderse por cuantas ramas y lenguas del universo le sean más propicias para abolir fronteras, fríos, mordiscos y distancias.
9 La Fundación interpreta la metáfora como una de las más fértiles, osadas y subversivas herramientas de la observación y la imaginación humanas para azuzar los sentidos, multiplicar el vuelo y hacer más plural, amable, creativo e inesperado el devenir del tiempo.
10 La Fundación aborda su andadura con planes concretos, pero fiel también al himno “Se sabe dónde comienza, pero jamás dónde concluye una metáfora” escrito y cantado bajo intensa nevada y la bendición del trovador Amancio Prada, como lema inaugural del Aula el 29 de febrero de 2004.
11 La Fundación Aula de las Metáforas instituye el día 29 de febrero como la fecha más inaudita, mágica, incorpórea y poética del calendario, y lo declara por tanto como Día de las Metáforas, a cuyo efecto convocará cada cuatro años su lúdico agasajo y oportuna celebración.
Qué ganas de visitar ese aula de las metáforas; qué ganas de que sea 29 de febrero para celebrar; qué ganas de poesía para cada día: lunes, miércoles o jueves; qué ganas de vivir aunque nos lo pongan tan difícil, o quizá por eso. Gracias, Miguel, por tus textos. Un beso.