Mostramos tanta indiferencia por nuestro idioma que incluso en los medios de comunicación, habitualmente en las televisiones, asistimos cada día a un descalabro tras otro. Unas veces es un rótulo que resume lo que los conductores de los programas están diciendo, y donde hemos visto por ejemplo: «La hermana de Tip nos habre las puertas de su casa». Otras, es el mismo busto parlante el que lo perpetra. Por ejemplo, hay pocos meteorólogos que no digan esta frase: «De cara al martes, el tiempo mejorará», cuando con decir simplemente que el martes, el tiempo mejorará, sería suficiente, o los periodistas que dan la noticia desde la calle: «Como pueden ver, el edificio que está detrás mío», cuando lo correcto sería «detrás de mí», etc., etc. Hace poco tiempo, uno de estos periodistas, mientras contaba que una persona se había herido a sí mismo para cobrar una indemnización, dijo que se «había autolesionado a sí mismo». El hablante mete la pata porque ni siquiera sabe que el prefijo Auto significa, en griego, precisamente, uno mismo, o sea que, según el informador, la persona en cuestión se autolesiona dos veces. Esto me lleva a las etimologías griega y latina, armazones del español, de donde proceden el 90% de las palabras que usamos a diario. Interesarse por esto es conocer el significado de las palabras si no se tiene a mano un diccionario, lo cual me lleva a recomendar los diccionarios con fruición, de los que alguien dijo que no se podía entrar en ellos a buscar una palabra sin que ésta te llevase a otra y otra más. Pero vuelvo a la etimología para ejemplificar lo que digo, y contar, por ejemplo, que todas las palabras que acaban en Teca tienen la misma finalidad, que es guardar algo, porque este sufijo griego significa Armario; así, biblioteca, hemeroteca y en ese plan. Solo tres ejemplos más: Atra significa «cuidar» o «que cuida», así que un pediatra es el que cuida a los niños, porque el prefijo de esa palabra significa niño (de donde viene pedofilia que es al amor a los niños, y amor viene por el sufijo filia…). Continúo: toda palabra que tenga el prefijo Ad es porque significa Añadido, así que las palabras que se formen con Ad, como adjunto, adherir…, pues eso. Y lo contrario se formaría con el prefijo Ab, que significa Separación, de ahí: ablación, abjurar y una palabra que sonó mucho hace unos meses: abdicar.
Voy a jugar un poco: El prefijo Telos (Τέλος) significa Finalidad, Objetivo, es decir, el proceso hacia el que tiende algo que evoluciona. Una Teleología, por ejemplo, es un discurso que plantea un Fin, un Objetivo. Una concepción Teleológica de la Historia quiere decir que la humanidad camina hacia un objetivo concreto. Existe un prefijo parecido: Tele (τῆλε), que significa ”a distancia”, o «lejos» (por ejemplo, un Telescopio nos permite ver desde lejos -el sufijo Scopeo significa mirar-, o el Teleobjetivo de la cámara de fotos…), así que si Teleología (que viene de Telos) es igual a Objetivo, Teleobjetivo (que viene de Tele y no de Telos) podría ser algo así como como objetivo de objetivo.
Pero basta de rizar el rizo, basta de retórica… aunque no, mejor nos metemos en retórica para hablar del Oxímoron, que, dentro de las figuras literarias consiste en armonizar dos conceptos opuestos. El significado del tercer concepto resultante hay que interpretarlo con sentido metafórico, porque sino sería absurdo.
Algunos ejemplos:
«Es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente…» (Quevedo)
«Placeres espantosos y dulzuras horrendas» (Baudelaire)
«Mis libros están llenos de vacíos» (Augusto Monterroso)
Cuando hace años, en España, empezó a sonar la frase «Policía científica» hubo quien, con sentido del humor, dijo que eso era un oxímoron. Afortunadamente parece que actualmente está muy considerada.
LAS COMAS LAS CARGA EL DIABLO
Según coloquemos las comas, una frase tendrá un significado u otro. Como ahora Grecia está en el punto de mira informativo, traigo a colación a la Pitonisa del Oráculo de Delfos porque fue una manipuladora de tomo y lomo que se salía siempre con la suya, que no era más que acertar en el diagnóstico que le solicitaban los soldados antes de irse a una nueva batalla:
-Pitonisa, saldré hacia La Termópilas en dos semanas y querría saber si volveré vivo y victorioso.
¿Y porqué la Pitonisa acertaba en todas las ocasiones? Lo sabría si el soldado preguntón volvía vivo porque entonces le habría pronosticado:
-Irás, vencerás, no perecerás en el combate.
En cambio, si el soldado fallecía y su familia, iracunda, le exigía explicaciones, la Pitonisa recolocaba la coma y contaba que al soldado le había dicho esto:
-Irás, vencerás no, perecerás en el combate.
Suele pasarme que cuando estoy escribiendo, leo una noticia en la prensa o se me cruza la lectura de un fragmento de un libro que trata sobre el mismo tema, o parecido. En este caso, sin ser lo mismo que el buen uso de la coma, se aproxima. El domingo leí un reportaje en El País que se titulaba «La Biblia destripada por un científico», firmado por Manuel Ansede, del que entresaco lo que más me interesó para lo que estaba escribiendo. Se trata de una traducción al inglés de la Biblia, de 1631, en la que comieron la palabra No. Un No que se extravió en el versículo 14 del capítulo 20 de Éxodo, así que el Séptimo mandamiento quedó en que «Cometerás adulterio». En Irlanda ocurrió algo parecido en 1716, convirtiendo «go and sin no more» («no peques más») en «go and sin on more» («sigue pecando»). Las erratas suelen cometer estos estropicios.
TRES PINCELADAS SOBRE LOS ALBORES DEL ARTE MODERNO
1. Apollinaire
El surrealismo es un movimiento artístico y literario que ha tenido, y tiene, muchísimos adeptos. La palabra se acuña en Francia en los años 20 del siglo XX: surrealismo, no subrealismo porque no es por debajo, sino que es sobre, por encima. Es más realismo, incluso es más allá del realismo, o más allá de lo tolerable.
Guillaume Apollinaire inventó el término en 1917 porque fue así como llamó a su obra de teatro, Las tetas de Tiresia. Drama surrealista, una obra provocadora, feminista y antimilitarista en la que cuenta la historia de Teresa, que cambia de sexo para obtener el poder entre los hombres con el objetivo (aquí vemos una cuestión teleológica) de borrar el pasado y establecer la igualdad de sexos. Ni qué decir que fue un escándalo.
2. Duchamp
Del mismo año 1927 es La Fuente, obra de Marcel Duchamp. El artista francés vivía en N.Y. desde 1925. Un tarde, caminando por la Quinta Avenida hacia Central Park, acompañado por el artista Joseph Stella y el coleccionista de arte Walter Arensberg, que era su mecenas, se quedó parado ante un escaparate de objetos sanitarios. Entró y compró un urinario de pared, un Bedfordshire de la JL Mott Iron Works. Duchamp lo cargó hasta su estudio y lo firmó como R. Mutt, 1917.
Lo que hizo Marcel Duchamp es lo que en arte se conoce como readymade, o sea, utilizar una pieza ya existente -los franceses lo llaman objet trouvé, objeto encontrado que no se considera artístico; en el caso de La Fuente fue utilizar un urinario de porcelana como si fuera una escultura-. Aunque para la exposición colectiva a la que Duchamp presentó la pieza (con el pseudónimo) establecía que todas las obras serían aceptadas, la Fuente fue retirada. Hoy se considera un hito en el arte del siglo XX.
3. Picasso
París, 1907. Con solo 25 años Pablo Picasso ya era considerado una estrella de la vanguardia. Un día fue a visitar a Gertrude Stein, con quien tenía una buena amistad, y allí se encontró con Matisse, que llevaba medio escondida entre la ropa, una pequeña escultura africana. Cuando Picasso la vio quedó maravillado, y ante la pregunta de dónde la había conseguido, Matisse, extrañado, le contestó que de una tienda de curiosidades. Picasso salió de la casa en un especie de trance en dirección al Museo Etnográfico de Trocadero para ver la colección de máscaras africanas. Los historiadores del arte fijan ese momento como fundacional, en el que supuestamente cambió el curso de la pintura y la escultura porque Picasso, al ver las máscaras, afirmó que había comprendido porqué era pintor. «Ese día debió inspirarme Las señorita de Aviñón».
Me ha divertido mucho. Muchas gracias 🙂