El jueves, 25 de febrero, asistí a la presentación pública de Cabaret Biarritz (editorial Destino), la novela con la que José C. Vales ganó el Premio Nadal este año (ya está en marcha la tercera edición). El autor charló con la periodista Ruth Méndez en el Institut Français en Madrid. La conversación fue inteligente y literariamente divertida y todos disfrutamos con la complicidad de ambos. El deseo de leerla y de ir a Biarritz quedó en el aire. Nos reunimos después a celebrarlo con Palmira Márquez, agente de Vales, la editora Belén Bermejo, los periodistas Ruth Méndez y Carlos del Amor (que acaba de publicar en Espasa la novela El año sin verano); los editores del premio, Emili Rosales y Silvia Sesé (que comienza su andadura profesional en Anagrama y a quien le deseo toda la suerte), y el escritor y editor Luis Magrinyà.
Lo bueno de los encuentros entre amigos, en los que los libros entran y salen de la conversación, es que sueles anotar algún que otro título, pero esa noche lo que anoté fue mucho más. Fue el catálogo completo de una editorial llamada Ardicia, de la que Magrinyà habló con tanto entusiasmo que al día siguiente nos envió el enlace a su web. Entré en su página y esto es lo que encontré:
Ardicia es una editorial literaria independiente fundada en Madrid en 2013.
ardicia. (De arder). f. ant. Deseo ardiente o eficaz de algo.
Deseo ardiente de publicar, por primera vez en español y en cuidadas traducciones, obras fundamentales en sus literaturas de origen; de rescatar, para su reedición, títulos imprescindibles que no encontraron en su momento la merecida atención.
Deseo eficaz de que cada una de las referencias de nuestro catálogo resulte inteligente y cautivadora; de que cada libro esté esmeradamente diseñado, ilustrado e impreso.
Deseo de libros y lecturas. Ardicia de lectores y lectoras.
Este es el mensaje que los editores de Ardicia exponen en su web. Suficiente para intuir lo que nos vamos a encontrar. Y lo que encontramos son unos libros que nos entusiasman, primero, por sus portadas. Todas ellas ilustradas, mantienen una línea cálida, moderna, encantadoramente naïf, y de un ilustrador diferente. Los autores publicados, excepto George Meredith, son desconocidos para mí, pero al entrar en la información de la página leo que de la obra de Mijaíl Artsybáshev, Los millonarios, habla muy bien Tolstoi; que el prólogo de Mi Carso, la novela de Scipio Slataper, es de Claudio Magris; que Dominique, de Eugène Fromentin, traducida por Emma Calatayud y prólogo de Gustavo Martín Garzo, es un autor del que hablaba muy bien George Sand, o que la novela La casa de las persianas verdes, de George Douglas Brown, viene avalada por un prólogo de William Somerset Maugham. Como dije antes, no conozco a esos autores pero me los han presentado otros que merecen todo mi respeto.
Los responsables de Ardicia: Julio Guerrero, Esther de Prado y Eugenio Martínez, un filólogo y dos periodistas que se conocieron en un máster de edición. Abajo, dos portadas de la editorial.
Dos libros de Luisgé Martín estarán en las mesas de las librerías a partir del 11 de marzo. Se trata de una reedición de La mujer de sombra, en la colección Compactos de Anagrama, y una novedad que publica la misma editorial en su colección de Narrativas hispánicas, La vida equivocada. En esta última, el autor regresa a sus lugares habituales de morbosidad y sugestión para contar una historia sorprendente de un padre y un hijo abocados al abismo. Vidas equivocadas que guardan secretos de índole sexual y política, desviados de lo socialmente admitido, que solo la lucidez literaria de Luisgé Martín es capaz de hacernos caer en la más absoluta dependencia de las historias que narra.
Luisgé ha publicado magníficos libros, como La misma ciudad (Anagrama, 2013 ), una novela corta (pero intensa). Es la historia de un hombre que trabajaba en las Torres Gemelas y que el día de los atentados, al saber que todos aquellos que le conocen le dan por muerto, decide abandonar su vida y marchar lejos a cumplir los sueños que nunca pudo cumplir. Un viaje por las vidas que no pueden vivirse y por el sentido extraño que tiene a veces la aventura.
Más libros: Toda una vida (La Pereza ediciones, 2014), Todos los crímenes se comenten por amor (Salto de página, 2013). Donde el silencio (Imagineediciones, 2013) es un libro de viajes con el que ganó el Premio Llanes, un libro que, según el autor, «recorre algunas zonas hermosísimas de España, como Los Ancares, el monte asturiano, Puebla de Sanabria o el sur de Lugo, habla de personas que en un determinado momento decidieron vivir en ese territorio del silencio que cada vez tiene menos espacio en nuestro mundo».
Luisgé Martín tiene un blog de obligada lectura: El infierno son los otros, una frase de Jean-Paul Sarte que le sirve al escritor para exponer sin tapujos su punto de vista.
La última cena
Falta un comensal para ser los doce de la última cena. Esta fue la última porque la celebramos el martes con el escritor Pablo Simonetti y el pintor José Pedro Godoy, recién llegados de Chile para hacer promoción, el primero, de su novela, Jardín (Alfaguara, 2014) y exponer, el segundo, su obra en ARCO. Una noche en la que escritores y allegados compartimos risas y confidencias en Tandem, un restaurante muy agradable en el Barrio de las Letras (dónde si no). Hago recuento de los comensales, de izquierda a derecha: Chema Sanjosé, Marta Sanz, José Pedro Godoy, Luisgé Martín, Pablo Simonetti, Axier Uzkudun, José Ovejero, Regina García, Palmira Márquez, Fernando Royuela y un servidor. Como la noche del Premio Nadal, en esta también me llevé a casa algo. Esta vez no fue un título o toda una editorial. Royuela y yo hablamos de esto y de aquello, y como corresponde a dos personas que se conocen desde hace unos cuantos años y que han compartido unos cuantos libros, como si el Vagabundear de Serrat pululara en el ambiente: «Harto ya de estar harto ya me cansé/de preguntarle al mundo por qué y por qué», Fernando recordó la canción de Ringo Starr: Stop and smell the roses, es decir: Párate y huele las rosas. Un motivo más que suficiente para reflexionar. Y creo que en eso estamos. Y como los dos somos pro Beatles, en este enlace que Fernando Royuela me mandó a la mañana siguiente se puede ver la historia de esa canción: http://es.wikipedia.org/wiki/Stop_and_Smell_the_Roses.
Fotos: En el centro Simonetti y Godoy protagonizan la portada de la revista chilena CARAS. A ambos lados Palmira Márquez contempla dos de los cuadros que Godoy expuso en ARCO.