…aunque los españoles tienen ingenio, capacidad y medios suficientes para restaurar su país, no lograrán hacerlo; y aunque enteramente capaces de salvar su Estado, no lo salvarán porque les falta voluntad de hacerlo.
SEBASTIANO FOSCARINI, embajador de Venecia en Madrid de 1682 a 1686
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Si nos empeñamos en desconocer nuestra historia estamos condenados a repetirla. Ángel González, con la ironía y la veracidad con que lo abordó todo, lo expresó en cuatro poemas bajo el título de “Glosas a Heráclito”. Este es el poema número 4:
(Interpretación del pesimista)
Nada es lo mismo, nada
permanece.
Menos
la Historia y la morcilla de mi tierra:
se hacen las dos con sangre, se repiten.
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Gerald Brenan escribió El laberinto español en 1943 y lo publicó en Ruedo Ibérico, editorial española en el exilio, en 1962.
Atención:
“España, tanto económica como psicológicamente, difiere en tal grado de los demás países de la Europa occidental, que las palabras con que se hace principalmente la historia -feudalismo, autocracia, liberalismo, Iglesia, ejército, Parlamento, sindicato, etc.- tienen sentidos muy distintos de los que se les presta en Francia o Inglaterra (…) Lo primero que hay que observar es la fuerza del sentimiento regional y municipal. España es el país de la patria chica. Cada pueblo, cada ciudad, es el centro de una intensa vida social y política (…) En lo que puede llamarse su situación normal, España es un conjunto de pequeñas repúblicas, hostiles o indiferentes entre sí, agrupadas en una federación de escasa cohesión. En algunos grandes periodos (el Califato, la Reconquista, el Siglo de Oro) esos pequeños centros se han sentido animados por un sentimiento o una idea comunes y han actuado al unísono; mas cuando declinaban el ímpetu originado por esa idea, se dividían y volvían a su existencia separada y egoísta. Esto es lo que ha dado su carácter espectacular a la historia de España. En lugar de unas fuerzas que se van formando lentamente, como es el caso de otras naciones europeas, se han sucedido alternativamente los minúsculos conflictos de una vida tribal y unas grandes explosiones de energía que, económicamente hablando, surgen de la nada. (…) Así pues, el principal problema político ha sido siempre el de alcanzar un equilibrio entre un gobierno central eficaz y los imperativos de la autonomía local. Si en el centro se ejerce una fuerza excesiva, las provincias se sublevan y proclaman su independencia; si esa fuerza es insuficiente se retiran sobre sí mismos y practican una resistencia pasiva En su mejores épocas, España es un país difícil de gobernar. (…) Al no haber conseguido constituir una nación políticamente homogénea, los españoles han conservado un tipo de vida que era corriente en la Edad Media y en la antigüedad (…) Su fuerza e independencia de carácter, su reacción rápida y completa ante cualquier situación social, su integridad emotiva, su don de las palabras -y, también hay que decirlo, su crónica indisciplina-, son todas ellas característica debidas a que los españoles han continuado viviendo la intensa vida de la ciudad-estado griega, de la tribu árabe o del municipio medieval. La tertulia y el café ocupan el lugar del ágora. (…) Así se explica la agudeza política que sorprende incluso al más superficial observador de los españoles, pero así se explica también su ineficacia. Aun las mejores cabezas rara vez logran escapar de la red de sus relaciones personales para dominar la escena a su alrededor. Las mismas causas que han hecho de los españoles el pueblo más vigoroso y humano de Europa, les han condenado a largas etapas de estancamiento político y de inoperancia”.
Y esto es solo una breve muestra de lo que Gerald Brenan –El laberinto español. Antecedentes sociales y políticos de la guerra civil (edit. BackList, 2009)- escribió en el Prólogo a la primera edición. El libro tiene 576 páginas, contando el índice onomástico.
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Últimas noticias del Reino:
Dos días después de las elecciones catalanas, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha imputado a Artur Mas acusado de “presuntos delitos de desobediencia, usurpación de funciones, malversación de caudales públicos y prevaricación, por el proceso participativo del 9 de noviembre pasado, ya que se consideran que no hicieron caso a las resoluciones del Tribunal Constitucional y permitieron las votaciones”.
Y sigue la sentencia: «El día 15 de octubre de 2015, a las 10 horas de la mañana, declaración del Molt Honorable Senyor Artur Más i Gavarró», es decir, que Artur Mas deberá comparecer ante la Justicia, ¡oh casualidad!, el mismo día del mismo mes en que mataron a Lluis Companys.
El PPoder continúa en su línea de fabricar catalanes secesionistas y de contribuir con denuedo a dividirnos a todos, como un juego perverso, en una sociedad cada vez más debilitada política, económica, social y culturalmente. Ellos sabrán lo que hacen, y porqué, pero la Historia no los absolverá, como pretendió Fidel Castro con su alegato de autodefensa ante el juicio en su contra en 1953 por el asalto al cuartel de Moncada. Seis años después tomaría el poder eterno en la isla. Todo nos lleva a suponer que él solo se habrá absuelto.