Este jueves vamos con una miscelánea. Una Silva de varia lección (con perdón por la osadía) en honor de uno de nuestros mayores eruditos, Pedro Mexía (1497-1551). Un género cultivado por autores griegos y latinos, y que con el permiso de los pocos sabios que en el mundo han sido evoco hoy aquí con este amasijo de fotos, frases, adivinanzas y otras zarandajas que he ido rescatando de aquí y de allá.
*Año 2003. Fiesta del 40 aniversario de la editorial Alfaguara. Lo celebramos en el salón de columnas del Círculo de Bellas Artes. Daniel Mordzinski hizo esta fotografía. En ella estamos, de pie y de izquierda a derecha: Pedro Sorela, Manuel Vicent, José Saramago, Miguel Naveros y Javier Marías. Agachados: Julio Llamazares, Luis Mateo Díez, Amaya Elezcano, Juan González (director general), Héctor Abad y el que suscribe, entonces director de comunicación. Fueron años en que trabajábamos duro pero también nos divertíamos mucho. Años en los que cualquier idea, proyecto, libro o actividad, si creías en ello, era posible. Yes, we could.
*El Diccionario filosófico de Voltaire (París, 1694–1778) tiene infinidad de entradas memorables. Hoy quiero resaltar la referida a VAMPIROS, por la actualidad que aún mantiene con nuestro entorno político y empresarial. Dice así: Nadie oía hablar de vampiros en Londres ni en París. Confieso que en esas dos ciudades hubo mercaderes, gentes de negocios que chuparon a la luz del día la sangre del pueblo, pero no estaban muertos, sino corrompidos. Esos verdaderos chupones no vivían en los cementerios, sino en magníficos palacios.
*Reflexiones sobre los libros. He aquí algunos títulos de libros realmente existentes:
Libro sin tapas, Felisberto Hernández
Gracias por no leer, Dubravka Ugresic
Por qué no he escrito ninguno de mis libros, Marcel Bénabou
Ceci ne pas une pipe. Este no es un libro, es la leyenda de Magritte al cuadro en el que había pintado una pipa, y efectivamente el cuadro no es una pipa, sino una imagen de una pipa.
*Dos frases para la historia literaria (y mi comentario al margen):
1. “Otro libro más, ¡oh nostalgias!”, de Jules Laforgue (era conocida su afición a la pereza)
2. “La carne es triste y ya leí todos los libros”, Stéphane Mallarmé (se nota que no vivió esta época de saturación del mercado)
*Dos noticias. Con la primera, si no fuera tan chusca, nos partiríamos de risa. Una nueva manera de hacer polvo la Marca España: «Españoles estafados por españoles en Berlín»: http://yorokobu.es/espanoles-estafados-por-espanoles-en-berlin/
Y la segunda, uniendo el titular y la foto, que en la noticia no se corresponden, podría tener otra lectura:
*Esta sí que es una foto para la historia (mi historia, claro). Me reclutaron para ir al Sáhara en julio de 1973; esta foto es del año siguiente, así que ya ha cumplido 40 años. Estamos en pleno desierto, entre El Aaiún y el Oasis del Meseyer, hasta donde llegamos tras varias jornadas a pie, agotadoras, pero que en el recuerdo se me antojan cinematográficas y un tanto extrañas por cuanto encontramos en el camino, como por ejemplo, esta lambretta sobre la que se sienta uno de los reclutas, asturiano para más señas, al que llamábamos «El fabes». No sé si será fácil saber quién soy yo (yo mismo lo dudo), pero me atrevo a jugar a las adivinanzas con mis hipotéticos lectores.
*Dos fotos más para seguir con las adivinanzas. ¿Soy yo el fotografiado en ambas?; en la de la izquierda me acompaña un vasco que aquel día quiso hacerme un homenaje y se puso a tocar la gaita. Estamos en 1974, de nuevo en El Aiún, meses antes de que un puñado de marroquíes decidieran (o les hicieran decidir) traspasar la frontera del antiguo Sáhara Occidental Español (SOE) con lo que se llamó «La marcha verde». ¿Quién está en la foto de la derecha? Parece evidente y notorio que es Che Guevara. Sí, está en Sierra Maestra. Corre el año 1958 y charla con alguien en uno de los descansos antes de entrar de nuevo en las escaramuzas de la guerrilla que tanto inquietaban a Batista, pero…, ¿quién es ese alguien que está con Ernesto?
Cambiamos de tercio. Ya no hay adivinanzas sino certezas. El de la derecha (geográfica) soy yo, en un rapto de atrevimiento, porque me subí a un escenario de Laboral Gijón con Pedro Guerra (a la izquierda, geográfica y política) para recordar a Ángel González, y cantar (él) y recitar (yo) uno de sus poemas de amor. Gracias a la profesionalidad de Pedro no quedé demasiado mal.
DOS HORAS EN EL MUSEO DEL PRADO
*Este sorprendido soy yo ante “las otras Meninas”. Pude admirar este cuadro con motivo de la exposición en el Museo del Prado sobre “Velázquez y la familia de Felipe IV” atribuido a Juan Bautista Martínez del Mazo (1611-1667), discípulo y yerno de Velázquez. Sus medidas son menores que las de la obra maestra de Velázquez. Algunos especialistas como José López Rey, Jonathan Brown y Enriqueta Harris han estado de acuerdo con la autoría de Mazo, pero Díaz Padrón, exconservador del Prado y miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas lleva años empeñado en demostrar que el cuadro salió de la mano de Velázquez. Como se puede apreciar en la fotografía, mi actitud es de sorpresa, producida no por la duda, sino más bien por la perplejidad que sentí ante tantas cosas que ignoro.
* Este sí es el cuadro de Las Meninas. Pero la foto la hice para mostrar al gorrión albino que está a la derecha, en una intervención de Miguel Ángel Blanco, como ha hecho también con un águila real que desafía la estatua de Carlos V o los sapos y las pinturas negras de Goya. Son 22 propuestas repartidas por el Museo, como se dice ahora «para hacer dialogar» las obras maestras del Prado con joyas del Museo de Ciencias Naturales. Sea como sea, copias, bocetos, obras contundentes que reclaman admiración, escuelas, maestros antiguos…, bien vale una misa entrar en el Prado y dejarse llevar por la rotundidad de ese edificio neoclásico, inaugurado en 1819 por Fernando VII. La imaginación del arte al poder.
«HACER ARTE» EN MUSEOS DE ARTE
*Estos cuatro personajes de la fotografía están jugando a hacer sus pinitos artísticos. Han entrado en el Museo de Arte Contemporáneo de Frankfurt, aprovechando unas horas libres después de haber trabajado varios días en la feria del Libro, y se encuentran ante un gran espejo que distorsiona la figura. Los cuatro están en idéntica actitud, es decir, que han desenfundado sus móviles, los han puesto en Modo Foto y, sin saberlo, pero tal vez intuyéndolo, han disparado a la vez creando su personal homenaje a Las Meninas de Velázquez. El resultado es esta obra coral que firman al unísono, y de izquierda a derecha, Ludovic, Palmira, Miguel y Yojhan.
VICIOS PRIVADOS, PÚBLICAS VIRTUDES
Y como de arte también trata el reportaje que firma Peio Hernández en elconfidencial.com (o más bien de los manejos públicos con el arte privado), pongo a disposición el enlace:
Las dos últimas palabras del título de este post, «Recuerdos y olvidos», es un claro homenaje a Francisco Ayala El jueves, día 10, más. Gracias por las muestras de cariño, a los que twitean, facebookean, escriben y alientan. Es una suerte tener tantos amigos
Obabakoak, Lista de locos y Ejercicios de estilo, tres libros conectados en el tiempo
Para Belén Bermejo y José C.Vales, que me regalan flores y libros. Y su amistad
La primera vez que supe que existía un escritor llamado Bernardo Atxaga fue en noviembre de 1989 al ver Obabakoak en el escaparate de una pequeña librería de Oviedo, ciudad en la viví muchos años. Compré el libro de aquel autor desconocido, al menos fuera de Euskadi, quizá empujado por lo enigmático del título o tal vez porque el autor era vasco y entonces yo buscaba nuevos nombres que renovaran el paisaje novelístico. El caso es que la portada de la primera edición me pareció atractiva, con una lagartija recorriendo un espacio en blanco y los colores verde y rojo de la ikurriña. También la fotografía del autor en la contraportada, con su sonrisa de buena persona, que parecía decirme: “¡Llévame, no te defraudaré!”.
Así es que me llevé aquel libro, que aún conservo a pesar de los muchos que he ido perdiendo en el camino. Poco después irían apareciendo en mi vida los demás libros de Bernardo y también el propio Atxaga de quien, después de haberlo conocido creo poder considerarme uno de sus interlocutores, ya que, para él, decir interlocutor es casi más importante que decir amigo. O tanto, por lo menos. Así que, con la autoridad que seguro me otorga el autor, contaré algunas cosas que sé de Joseba Irazu.
Joseba se empezó a llamar Bernardo por casualidad y por prudencia. En tiempos de Franco, para no facilitar las cosas a la policía, se rebautizó cuando empezó a publicar en una revista marginal y opositora, y le pidió el nombre prestado de Bernardo a un compañero, además de una máquina de escribir. Sobre el apellido, él mismo ha contado que cambió el de Irazu por el de Atxaga porque tiene dificultades para pronunciar la z vasca, ya que no es igual que la z castellana, y que cuando un vasco está hablando castellano y dice una palabra vasca con z, generalmente silba, y según Bernardo, a él le sale un silbido que hace volverse a la gente por la calle. Así que se puso Atxaga porque no tiene z.
Recordando los alfabetos de este libro del que quiero hablar, Lista de locos (Siruela), me he apropiado de la A de Atxaga, y también de la B de Bernardo, por lo que debo seguir con la C, de Causalidad. Y como la causalidad es el problema de la novelística, según dice Bernardo que dijo Borges, uno de los alfabetos está en este libro de cuentos porque en 1998 yo convoqué a Bernardo Atxaga a un Encuentro literario en Oviedo, con el título de “Ejercicios de estilo”, como homenaje a los Ejercicios de estilo de Raymond Queneau, y solicité a cuatro escritores que escribieran un cuento cuyo arranque fuera el mismo para todos. Bernardo aceptó el envite, como lo hicieron también Rosa Montero, Luis Sepúlveda y Manuel Rivas. La cita fue el 11 de diciembre de 1996 y a su “ejercicio” Bernardo lo tituló “Un cuento para Violante”, recogido, como digo, en este libro, Lista de locos. El comienzo del cuento, que elaboré con la ayuda del escritor José Manuel Fajardo, que además participó en el coloquio final con todos los escritores, se tituló Un viaje a Vetusta y comenzaba así: “Aquel viaje solo empezó a tener sentido ante la visión de las piedras que se amontonaban a espaldas de la Catedral”, pero Bernardo incluyó la palabra “Vetusta” en la frase, de tal forma que para él tenía este principio: “Aquel viaje a Vetusta solo empezó…”, etc. A Atxaga no le gustaba la palabra “Vetusta” y tuvo que convocar a las letras del alfabeto y pedirles ayuda porque estaba bloqueado y no podía seguir escribiendo el cuento. Como luego diría Rosa Montero, «la palabreja la había inventado él y eso demostraba hasta qué punto el ser humano creaba sus propios infiernos».
Recuerdo un cuento de Atxaga en Obabakoak que se titula “Método para plagiar”, al que le sigue “Una grieta en la nieve”, en el que demuestra cómo se lleva esta teoría a la práctica. El cuento es un plagio de “La tortura de la esperanza”, de Villiers de L´Isle-Adam. Es decir, que transforma este cuento, que narra las reflexiones de un hereje de la Edad Media, en un personaje actual, un alpinista llamado Mathias Reimz, que debe resolver un terrible dilema en las montañas de Nepal. Meses antes de celebrarse el Encuentro de Oviedo, Bernardo Atxaga me pidió que le enviase el cuento de Rosa Montero para plagiarlo y leerlo en público después de ella. Yo no tuve el cuento de Rosa a tiempo y la verdad es que llegué a perder el contacto con Bernardo hasta justo el Encuentro; le mandaba faxes (no olvidemos que estábamos en 1998) que nunca me respondió, por lo que aquel experimento no se pudo realizar.
Un año antes asistí en La Residencia de Estudiantes a la lectura de uno de los alfabetos de Lista de locos: “Desde Groenlandia con amor”, que Atxaga leyó, y recuerdo que, aparte de la impresión que me produjo la puesta en escena, la música, la interpretación a varias voces, la poesía, etc., me emocionó sobre todo el momento de “La vida es movimiento, y el texto también”, en donde dice un personaje:
“Al igual que los peces nonek que andan continuamente de un lado para otro y que, por no pararse del todo ni siquiera saben dormir, los textos también son nerviosos; peces nonek hechos de palabras que en lugar de vivir bajo el agua viven y se mueven en nuestro espíritu, cruzándose, chocándose, multiplicándose. Desgraciadamente esa vida tiene muchos enemigos. Hay coleccionistas cuyo deseo es disecar los peces nonek hechos de palabras; hay también clasificadores que pretender poner barreras a sus movimientos; hay, por fin, organizadores de campañas en favor de la lectura que refuerzan el trabajo hecho por los disecadores y clasificadores. Basta echar un vistazo a la lista de libros (…) para darse cuenta de ello. Libros de tamaño grande, aquí; libros pequeños, allá; libros infantiles, abajo; libros policiacos, abajo también pero a la izquierda… ¿Y los libros ideológicamente problemáticos?, ¿los de Ezra Pound, por ejemplo? Nada, esa clase de libros queda fuera de la lista”.
Yo, entonces, dirigía La Esfera, el suplemento de libros de El Mundo, y al leerlo no pude reprimir una especie de desazón al comprobar que hiciera lo que hiciese por las páginas de aquel suplemento nunca podría gozar de la libertad del creador de ficciones al imbuirse en la escritura de una novela. Yo seguiría clasificando los libros; estos abajo, aquellos a la izquierda, etc.
Dice Bernardo Atxaga que los textos que figuran en Lista de locos tuvieron originariamente otro destino. Este libro los ha agrupado y el lector encontrará una nueva ocasión para sentirse vivo cuando los lea porque yo creo que no es posible quedar indiferente ante los libros de Atxaga, ante sus personajes, sus fantasmas, ante las conclusiones a las que llega tras la búsqueda de Holden Caulfield, por ejemplo, o con el humor juvenil y distanciado de “El único verano de mi vida en que fui un Don Juan”, o bien con la dureza de “Lista de casos”.
Dieciséis años después, este sigue siendo un libro de ahora mismo, moderno y solidario, un libro crítico y lírico. Y por eso mismo lo recuerdo ahora, siquiera sea para revivir uno de los momentos colectivos en que fuimos intelectualmente felices y documentados.
Fernando Beltrán, poeta y nombrador (www.elnombredelascosas.com) cuerpo y alma de uno de los empeños culturales más hermosos y necesarios, creó hace diez años un lugar que, siendo una biblioteca, no es solo eso. Lo ha llamado Aula de las Metáforas –otro de sus felices encuentros con la lengua con la que nombra las cosas que hasta entonces no sabían cómo se llamaban– y lo ha repoblado con sus propios libros. Él ha sido el primero en colocar su biblioteca poética personal en las estanterías y después lo hemos seguido algunos más, instituciones y privados. “Lo increíble de todo esto es que han sido casi 200 convocatorias de actos en diez años, y con un presupuesto anual que no ha pasado casi nunca de cinco o seis mil euros, y sin cobrar nadie ni un solo euro en los diez años”, dice Beltrán cuando se le pide un balance rápido de todo este tiempo… “No olvides”, dice también, “que en esta aventura me han ayudado Leopoldo Sánchez Torre, profesor de la universidad de Oviedo, el novelista y abogado Manuel García Rubio y el bibliotecario de Grado, Gustavo Fernández…, más la colaboración desinteresada de tantos y tantos poetas, músicos, autores…”. Fernando Beltrán no se olvida de los apoyos que ha tenido, y continúa teniendo, que son fundamentales para arrancar y mantener un proyecto complejo en un ambiente socioeconómico que no es precisamente proclive a dar saltos de alegría cuando se trata de cultura.
Un poco de historia
Fernando Beltrán (Oviedo 1956), realizó una primera donación de 2000 libros de su colección particular al Ayuntamiento asturiano de Grado, villa originaria de su familia, para que formasen el fondo inaugural de una biblioteca que, con el tiempo, pudiese convertirse en importante centro promotor de actividades relacionadas con el ámbito poético.
El Ayuntamiento de Grado hizo suya la iniciativa y acondicionó unas dependencias de la Casa de la Cultura, en el histórico Palacio de Valdecarzana, del siglo XVIII, para que fuesen la sede permanente del Aula. Es un espacio de dos plantas para lectura y consulta de los fondos, pero también para la realización de otras actividades encaminadas a la promoción de la poesía, como exposiciones, talleres y recitales.
Todo lo que ocurre allí es posible gracias a la sensibilidad de prestigiosos artistas y diseñadores que han ofrecido desinteresadamente su colaboración, como es el diseño del local del que se ha encargado Jesús Moreno, o la generosa donación de artistas como Juan Carlos Mestre, Jesús Peñamil, Pepe Gimeno, Carlos de Paz, Pep Carrió, Miró, Pepe Hernández, Fernando Vicente, Gonzalo Torné, Canya, Hoa Melgar, Helios Pandiella, Julio Estrela, Raúl, Eduardo Sánchez Beato y Miguel Mingotes. El Aula cuenta, por tanto, con una valiosa colección de arte, a la que se añade un espléndido retrato de Juan Ramón Jiménez a lápiz, obra de Benjamín Palencia.
La primera piedra
El Aula de las Metáforas se inauguró el 29 de febrero de 2004 con la presencia de Fernando Beltrán y Amancio Prada. Un año después, tuvo lugar el primer acto público, con una lectura de poemas del premio Cervantes, Antonio Gamoneda. Desde entonces se viene manteniendo una programación periódica con lecturas de poemas, conciertos, exposiciones, ciclos de cine, talleres de creación, conferencias, presentaciones de libros y revistas, encuentros de poesía joven, etc. A lo largo de estos años, han pasado por el Aula poetas, músicos, diseñadores y artistas como Adonis, Ángel González, Joan Margarit, Francesc Parcerisas, Xuan Bello, José María Parreño, Santiago Sylvester, Pastora Vega, Luis Eduardo Aute, Víctor Manuel y un amplísimo etc. Hasta el momento, han sido muchas las instituciones oficiales y asociaciones culturales que han enviado ejemplares y que se han comprometido a hacerlo regularmente; es el caso de la Academia de la Llingua Asturiana, la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Principado de Asturias, el Real Instituto de Estudios Asturianos; el Ateneo Obrero de Gijón, la Asociación Cultural Valentín Andrés, la Asociación Cultural Literastur y la Asociación Recreativo-Cultural Dafne; las Juntas de Castilla-La Mancha, Castilla-León, Andalucía y Extremadura, así como la Ciudad Autónoma de Melilla, el Govern Balear, el Gobierno Vasco, la Diputación General de Aragón y las Diputaciones Provinciales de Málaga y Segovia; la Fundación Jorge Guillén; el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, cuyo Centro de Estudios de la Poesía nos ha remitido íntegra la prestigiosa colección de la Universidad Popular José Hierro; y la propia Biblioteca Municipal de Grado. También han colaborado con el Aula numerosas editoriales y donantes particulares.
Las donaciones
Gracias a las donaciones, el Aula alberga también dos colecciones muy singulares: una en catalán y otra en asturiano. La Biblioteca Catalana es la colección de libros de poesía en catalán más completa de las que existen fuera de Cataluña, las Islas Baleares y la Comunidad Valenciana. La Biblioteca Asturiana se inauguró en 2011, gracias al patrocinio de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Principado de Asturias y a la colaboración del Gremio de Editores de Asturias, que siguen aportando periódicamente ejemplares a una colección que suma más de quinientos libros.
Otra sección muy especial dentro del Aula la constituye la llamada Sala de Dones, en la que se muestran algunas de las donaciones más destacadas que se han ido recibiendo, por el número o por la relevancia de los fondos. En la actualidad, se pueden ver las donaciones realizadas por Jordi Doce, Asunción Carandell, viuda del poeta José Agustín Goytisolo, y la de quien esto suscribe. Y para que conste, y con el honor que siento al pertenecer a este singularísimo club de lectores, reproduzco lo que dijo entonces la prensa de mi donación, el 14 de octubre de 2010:
Miguel Munárriz dona su biblioteca poética personal: “Con estos libros donados al Aula de las Metáforas descubrí el mundo”
«El actual Delegado del Principado de Asturias en Madrid, acaba de hacer pública la donación de su Biblioteca Poética personal a la Fundación Aula de las Metáforas, que preside el poeta Fernando Beltrán. La donación, compuesta de más de 600 volúmenes de alto valor bibliográfico, en lo que puede considerarse una auténtica “Biblioteca Escogida”, está ya en Grado y quedará instalada los próximos días en una sala del Aula de las Metáforas, ubicada en la Casa de Cultura, en el Palacio de Valdecarzana. La colección contiene libros de distintas épocas y generaciones poéticas, pero supone una completa selección antológica -con numerosos libros dedicados por sus autores-, de las décadas del setenta, ochenta y noventa del pasado siglo. La memoria literaria y sentimental, en definitiva, de quien fue, entre otras muchas labores, presidente de Tribuna Ciudadana, cofundador de la revista Luna de Abajo, antólogo de la obra del poeta Ángel González y director del suplemento cultural La Esfera del diario El Mundo, responsabilidad por la que recibió el Premio Nacional de Fomento de la Lectura. Con esta entrega se inaugura dentro del Aula la SALA DE DONES, un espacio al que se irán sumando nuevas bibliotecas personales de autores españoles, y en el que como elementos añadidos se incorporan ahora distintas obras gráficas y fotografías artísticas donadas, entre otros, por Antonio Masip, ex alcalde Oviedo, el poeta Javier Lasheras, el diseñador gráfico Helios Pandiella y Asunción Carandell, viuda de José Agustín Goytisolo…».
La Fundación Aula de las Metáforas tiene unos principios, narrados de forma especial en los siguientes párrafos, de este empeño tan loable como titánico.
1 La Fundación Aula de las Metáforas hace suyo el espíritu de su creador al concebir un espacio destinado a la lectura, el pensamiento y la imaginación, así como su intención de convertirlo en foco de agitación lírica y actividad permanente en torno a la poesía y el hecho poético.
2 La Fundación asume como mandato inicial el de conservar el fondo bibliográfico del Aula, así como el de estimular y ayudar a su ampliación mediante adquisición o entusiasta y festiva acogida de donaciones procedentes del mundo cultural, académico y editorial.
3 La Fundación pondrá especial énfasis e ilusión en la incorporación a sus fondos de aquellas colecciones privadas pertenecientes a poetas que encontrarán en el Aula un lugar privilegiado para la conservación íntegra tanto de su obra como de su legado
bibliográfico.
4 La Fundación entiende el ser y el estar de una biblioteca poética como el de un organismo vivo, útil, utópico, esencial y en permanente pie de conciencia; una auténtica “Sublevación Inmóvil” según bautizo simbólico inspirado en el poeta Antonio Gamoneda.
5 La Fundación traza su ámbito de incendio, abrigo y actuación en torno al mundo de la poesía y de cualquier otra manifestación literaria o artística que haga de la belleza, la emoción, el vértigo, el sentido menos común, la alabanza de la lluvia y la ética de la desobediencia su razón de ser.
6 La Fundación Aula de las Metáforas se constituye como una institución sin ánimo de lucro, pero con ávido ánimo de lucrarse a manos llenas del inmenso capital inmobiliario gestionado por los poetas a través de esas casas prestadas llamadas poemas.
7 La Fundación aspira vivaz y febrilmente a contagiar y ser contagiada por el entorno y las gentes que la rodean, pues sólo como palabra pública y habitada tienen sentido el verso, la espuma y el barro de los poetas, así como la existencia de una Biblioteca o Sublevación Inmóvil permanente.
8 La Fundación se siente y se resiente asimismo celosamente asturiana, al tiempo que proclama su vinculación raíz a la villa de Grado, sin renunciar por ello a perderse por cuantas ramas y lenguas del universo le sean más propicias para abolir fronteras, fríos, mordiscos y distancias.
9 La Fundación interpreta la metáfora como una de las más fértiles, osadas y subversivas herramientas de la observación y la imaginación humanas para azuzar los sentidos, multiplicar el vuelo y hacer más plural, amable, creativo e inesperado el devenir del tiempo.
10 La Fundación aborda su andadura con planes concretos, pero fiel también al himno “Se sabe dónde comienza, pero jamás dónde concluye una metáfora” escrito y cantado bajo intensa nevada y la bendición del trovador Amancio Prada, como lema inaugural del Aula el 29 de febrero de 2004.
11 La Fundación Aula de las Metáforas instituye el día 29 de febrero como la fecha más inaudita, mágica, incorpórea y poética del calendario, y lo declara por tanto como Día de las Metáforas, a cuyo efecto convocará cada cuatro años su lúdico agasajo y oportuna celebración.
Comenzaremos por el final, es decir, por la apoteosis de Va pensiero, que se cantó en Madrid el mismo día que la ópera Nabucco se estrenara en La Scala de Milán, un 9 de marzo de 1842. Guiseppe Verdi, además de un músico excelso, estuvo también implicado en la vida política, de hecho la palabra VERDI, como Vittorio Emmanuele Re D´Italia, se usó en la época como acrónimo político clandestino a favor de la unificación italiana.
Esta es la imagen que cierra una mañana de reivindicación por la dignidad de la cultura, de los que la hacen posible, de los que la disfrutan y de todos los que estamos padeciendo la masacre originada por el aumento del IVA cultural al 21%. Esto ocurría el domingo pasado, 9 de marzo, y los damnificados nos paseábamos desde Colón hasta Cibeles para subir al pie de la Puerta de Alcalá a gritar «Sí se puede» y cantar a coro el «Va, pensiero», del coro de los esclavos de Nabucco, de Verdi.
No sé cuántas personas había. Lo que sí es seguro es que faltaban muchas, muchísimas aún para que el Gobierno no se vuelva a reír de nosotros. También es posible que los que leyeron los textos denunciando la situación podrían haber sido más contundentes, y que faltó la advertencia de volver a salir a la calle a pedir que dejen de robar a los que menos tienen, pero de lo que estoy seguro es de que hemos salido a gritar el basta ya de la cultura y a decir a este Gobierno corrupto y manipulador que los que estuvimos en la calle el pasado domingo no estamos dispuestos a soportar más tanta ignominia. En ningún país civilizado ocurre lo que en el nuestro con los impuestos, ni siquiera en Portugal o en Grecia, que supuestamente están peor que nosotros. Aquí, el Poder se deshace hábilmente de todo lo que le incomoda para poder seguir robando sin testigos, llámese Garzón o quien sea. Y lo que los jóvenes comprueban cada día es que los que están arriba son los chorizos, los ladrones, los que engañan con alevosía y a veces con nocturnidad. El resultado es la creación de una sociedad sin escrúpulos, que imita lo peor de esos comportamientos; la sociedad del «sálvese quien pueda» y «el que venga detrás que arree», frases que me harté de oír de niño cuando vivía inmerso en una dictadura, cuyos métodos ya estaban tardando en volver a asomar la patita. Por eso no queremos ser cómplices de un sistema caduco y casposo. Por eso hay que salir y denunciarlo, y decir que los cantantes, los pintores, los escritores y actores no son mangantes que no quieren trabajar. Los que viven de los demás son precisamente ellos, que legislan a su antojo contra los ciudadanos, es decir Wert, Montoro, Cospedal, Rajoy y toda una troupeque se levanta cada mañana dispuesta a hundir más este país en la ignorancia, algo que ni Franco logró, aunque ahora existen otros métodos más sofisticados para conseguirlo.
Si la marea blanca ha podido frenar el atropello de la privatización de los hospitales y la marea verde continúa movilizándose para evitar los desmanes de la ley, ahora, la marea roja de la cultura tendrá que demostrar que su reivindicación no es flor de un día. Sanidad, Educación y Cultura, las tres marías, como llamábamos a las asignaturas blandas del bachiller de los sesenta. Tres marías que son los pilares de cualquier sociedad que se respete a sí misma.
Albert Boadella escribió El rapto de Talía en 2000, un ensayo cáustico sobre la sociedad del espectáculo (Talía es la musa del teatro), y entre otras frases brillantes decía ya cosas como esta: «Banqueros, estafadores de altura, políticos corruptos o expresidentes resentidos se ven capacitados para crear a su imagen un personaje de ficción empeñado siempre en trabajar por el bien de la humanidad».
A esos personajes de ficción son los que una sociedad con suficiente masa crítica tiene la obligación de desmontar. No es fácil, y la urnas no ayudan mucho, pero no nos queda otra si no queremos vernos reconvertidos en simples izquierdistas de café.
Este es el enlace de la noticia de la 1 de TVE sobre el domingo, 9 de marzo:
OTRA MALA NOTICIA: Hace dos semanas fue Manterola, de San Sebastián. Ahora es la librería Altair, especializada en libros de viaje, la que también ha sufrido uno de los males de este tiempo: «Es oficial. Altaïr, una referencia de la literatura de viajes y de la cultura en Madrid, echa el cierre. En mayo de 2013 se publicó el último número de la revista del mismo nombre, dedicado a los parques nacionales de Estados Unidos. Ahora le llega el turno a la sede madrileña de la librería, inaugurada en 1997 en Argüelles con una superficie de 200 metros cuadrados. La de Barcelona, por ahora, continúa abierta», escribió Juan Francisco Alonso en su blog «Próxima estación».
El jueves, 19, más. Y espero que mejor.
El periodista gijonés Víctor Robledo acaba de publicar el libro Bufandas al cielo. Historias del Sporting de siempre, una recopilación de historias humanas del Sporting de Gijón que comienzan con la fundación de este equipo legendario, del que, gracias a su afición, también se podría decir que es mucho más que un club. Bufandas al cielo son 44 relatos relacionados con otras tantas figuras vinculadas a la más que centenaria historia rojiblanca, que el autor presentó hace unos días en Mareo, junto a Quini. Este es el capítulo que Víctor Robledo dedica a mi padre, y que yo ahora, orgulloso y agradecido, cuelgo en el post de este jueves.
Munárriz perdió el barco de su vida
Por Víctor Robledo
José María, un chaval vasco de 18 años, se presentó en la delegación del Frente de Juventudes de Gijón un día cualquiera de 1940 con cara de susto. No llevaba consigo más que un petate con algo de ropa y unas pocas monedas. Al funcionario que le atendió le contó angustiado que había llegado a Gijón esa misma mañana desde su Deusto natal para continuar viaje por mar hasta Santa Cruz de Tenerife, donde le esperaba su padre desde la Guerra Civil, pero se había despistado un rato paseando por el puerto y cuando se quiso dar cuenta su barco ya había partido. Como estaba solo en una ciudad desconocida y no sabía adónde ir, había ido preguntando por la calle a unos y otros hasta dar con aquella oficina. El funcionario le dijo que no se preocupara. Tras hacer unas gestiones le consiguió una habitación donde dormir las primeras noches y puso a su disposición las instalaciones de la delegación, comedor incluido, mientras encontraban alguna forma de solucionar lo suyo.
Durante días, José María deambuló por el Frente de Juventudes sin más forma de matar las horas que jugar al billar o al tenis de mesa con otros chavales de su edad que frecuentaban el local. Una mañana escuchó a un pequeño grupo hablar del equipo de fútbol que tenían en la delegación, los Flechas Verdes, y les preguntó si podía entrenar con ellos. Él era el portero del equipo de su pueblo. Los compañeros lo citaron a la tarde siguiente en el campo de La Florida, muy cerca de la zona de El Bibio, y tanto paró José María en el entrenamiento que un directivo del Cimadevilla presente allí por casualidad se le acercó al acabar el entrenamiento y le ofreció entrar en su equipo a cambio de una pequeña ficha. José María, que sabía que ese dinero le vendría muy bien para desenvolverse por su cuenta en Gijón, no dudó ni medio segundo en aceptar su propuesta.
En la siguiente reunión con sus compañeros de junta, el directivo del Cimadevilla anunció entusiasmado que había fichado a un auténtico porterazo vasco, un tipo de 1’90 y enormes reflejos llamado José María Munárriz. No les dio mucho tiempo a disfrutar de él. Menos de un mes después, el Cimadevilla visitó el campo de Buenavista para jugar un amistoso contra el Oviedo. Entonces era habitual que un día a la semana, normalmente los miércoles o jueves, el Oviedo y el Sporting recibieran a algún club regional para preparar el partido del domingo. Munárriz tuvo otra de sus tardes memorables y nada más acabar la sesión, el entrenador oviedista pidió a su presidente que fichara cuanto antes al tremendo portero que había traído el Cimadevilla porque estaba convencido de que no iban a encontrar a otro así.
Las negociaciones por Munárriz fueron largas y complejas. El Cimadevilla pedía más dinero de lo normal; el Oviedo daba menos de lo justo. Finalmente, los dos clubes acabaron alcanzando un acuerdo pendiente sólo de quedar plasmado por escrito. Lo que ninguno imaginaba entonces era que la historia de Munárriz había llegado ya a oídos de un directivo del Sporting, que lo buscó por Gijón para negociar directamente con él y presentarle una oferta imposible de rechazar. El directivo le prometió algo de ropa, una habitación pagada en una pensión durante todo un año y una ficha de 3.500 pesetas. Munárriz, abrumado de tanto que le cambiaba la vida por momentos, aceptó la propuesta del Sporting mientras Oviedo y Cimadevilla amagaban con romper relaciones por haberse frustrado la operación.
El viaje a Canarias de José María Munárriz no llegó a realizarse nunca. Se quedó a vivir toda la vida en Asturias acompañado de su familia, que acabó viniendo con él. Fue precisamente en esa época cuando el Sporting pasó a denominarse oficialmente Real Gijón por una orden del gobierno franquista que prohibió el uso de extranjerismos en los nombres de asociaciones hasta 1970, aunque el Sporting nunca dejó de ser Sporting en todas las conversaciones. Munárriz estuvo cedido un tiempo en el Cimadevilla y La Felguera, pasó por el Deportivo Gijonés y antes de que acabara la temporada 47-48 se incorporó por fin a la primera plantilla rojiblanca. Permaneció cinco años en el equipo, dos en Primera y tres en Segunda, con más de cincuenta partidos disputados. Él era, por ejemplo, quien ocupaba su portería el día que el Sporting ganó por primera vez al Real Madrid en Chamartín con el mítico gol de Pío tras un pase suyo en profundidad. «El partido acabó 1-0, y Munárriz de portero», solía resumir con guasa cuando alguien le preguntaba por ello. Después jugó un año en el Avilés, dos en el España de Tánger y pasó por algunos clubes asturianos más antes de retirarse.
Munárriz fijó su residencia en La Felguera al poco de llegar a Gijón. Entrenó a varios equipos de fútbol base de la cuenca minera y ejerció también como árbitro. Era un hombre afable y simpático, vestía con suma elegancia y siempre estaba dispuesto a contar cualquier anécdota como la primera vez. Tenía la cartera llena de fotos, los cajones de su casa llenos de recortes de prensa y el pueblo lleno de amigos. Bendito barco aquel que partió puntual. Bendito despiste el suyo.
Este es el obituario que El País publicó el 9 de julio de 2007
José María Munárriz, un histórico del Sporting
Por Javier Cellino
José María Munárriz Santamaría nació en Deusto (Bilbao), en 1922, y falleció en La Felguera (Asturias) el 30 de junio de 2007. Tenía 85 años. Protagonizó la primera victoria del Sporting de Gijón sobre el Real Madrid en Chamartín.
Quién iba a decirle al niño que pegaba patadas a un balón de trapo en su Deusto natal que 22 años después de su nacimiento iba a ser protagonista de una de las mayores gestas deportivas del Sporting de Gijón. Y es que el domingo 14 de febrero de 1948 -quizás a las cinco de la tarde, como en las grandes citas- el Sporting vencía, por primera vez en su historia, al Real Madrid en el antiguo Chamartín (un saque suyo de puerta, después de una nueva parada -los diarios deportivos madrileños destacaban en titulares al día siguiente que Munárriz salvó el partido- permitió al delantero centro, Pío, marcar el gol de la victoria).
El niño que creció hasta convertirse en un mozarrón de 1,90 de estatura, repartió su trayectoria deportiva entre el Círculo Popular de La Felguera, el pueblo de Asturias donde vivía, y el Sporting de Gijón, en donde completó ocho temporadas, cinco de ellas como titular en primera división. Después, año 1952, ocupó la portería del Avilés, que por primera y única vez en su historia disputó la liguilla de ascenso a primera división, para, a la temporada siguiente, fichar -nada menos que por 100.000 de pesetas de entonces- por el España de Tánger.
Hace días que se nos fue el contemporáneo de Piru Gainza y de Telmo Zarra, entre otros, el único futbolista que fue también entrenador y árbitro, el amigo generoso que derrochaba simpatía por las cuatro esquinas de su corpulenta humanidad, el padre de Miguel y de Chema, el que vivió por y para el fútbol -su cartera era un museo de fotografías-, el que acostumbraba a decir, con un tono jocoso pero humilde a la vez, que el partido terminó cero a cero, y Munárriz de portero.
Hoy
Desde entonces, la historia reciente del Sporting ha tenido cambios importantes, entre los que se cuentan la bajada a Segunda División, una emocionante subida a Primera, el fallecimiento de su entrenador, Manuel Preciado, nuevamente la caída y la reconstrucción de su campo, El Molinón. Pero como Gijón no se acaba nunca, he rescatado una fotografía de Daniel Mordzinski, uno de los artistas más relevantes y con más ingenio que he conocido, que refleja el encuentro en el Salón del Libro Iberoamericano de 2005, que ese año coincidió con el centenario del Sporting, y que Mordzinski inmortalizó en el terreno de juego. Sirva también como homenaje a este magnífico ser humano que es capaz de sacar del modelo todo lo que el modelo no sabe que tiene. Ahora Daniel no está pasando por su mejor momento porque alguien, con ineficacia manifiesta, ha destruido sus archivos fotográficos, es decir, su vida profesional.
Este es un extracto de la noticia:
El fotógrafo argentino afincado en París Daniel Mordzinski ha perdido la práctica totalidad de su archivo fotográfico. El fruto de casi treinta años de trabajo -sus negativos, copias y diapositivas de 1979 a 2006- se encontraba en un despacho de la redacción de Le Monde cedido a la corresponsalía de El País guardado en un archivador. Cuando llegó el 7 de marzo al despacho se encontró con que había sido vaciado sin previo aviso. En una desesperada búsqueda Daniel Mordzinski encontró el archivador en el sótano sin rastro alguno de las fotografías. El grueso de la obra de Daniel Mordzinski lo constituían, además de su labor como corresponsal gráfico de El País, innumerables retratos de los más importantes escritores iberoamericanos de varias generaciones como Mario Vargas Llosa, Alfredo Bryce Echenique, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Camilo José Cela, entre muchos otros.
Querido Daniel, esta es la foto del equipo de escritores de Primera División, una pequeñísima muestra de tu forma de mirar a través del objetivo de la cámara, ese otro ojo con el que cada día dejas constancia de tu amor por todo lo que haces.
España no es país para lectores, pero esto no es ninguna novedad porque tampoco hemos sido nunca un país de lectores. Los planes escolares han hecho polvo cualquier atisbo que relacionara los libros con el placer, y los niños lectores siempre hemos sido un poco raritos, esa es la verdad. En los primeros años democráticos parece que empezábamos a levantar un poquito la cabeza y los índices de lectura decían que crecían, pero ahora, con esta crisis que solo sufrimos los pobres, se ha vuelto a poner en boga el eslogan de los que nunca han leído: «Es que los libros son caros». Sí, naturalmente, amigo, y los coches son baratos, y las copas en los bares nocturnos también, y el fútbol… Entre este disparate y la piratería, pero la de todos, la de los piratas anónimos y la de los que consienten (sabemos nombres y apellidos), hemos hecho un pan como unas tortas, porque no seremos un país de lectores pero, paradójicamente, sí lo somos de escritores. Y no olvidemos que somos también el país de El Lazarillo de Tormes; la picaresca, vamos.
Ahora que todo lo sabemos antes por twiter y facebook, ante el anuncio de un premio literario de las características del que se acaba de anunciar bajo el nombre de Dos Passos, la reacción ha sido la inmediatez y el entusiasmo en las redes sociales que no se ha visto reflejado en los medios tradicionales. Las redes sociales, efectivamente, son las primeras que han saltado para celebrarlo, porque aunque se presentó el pasado día 20 en una rueda de prensa, yo aún sigo esperando verlo por escrito, en papel, digo, siquiera sea la nota lanzada por la agencia Efe. En la mesa se sentaban Ramón Pernas, por Ámbito Cultural, Palmira Márquez, por la agencia Dos Passos, Joan Tarrida por la editorial Galaxia Gutenberg, y el escritor Fernando Marías. ¿Qué más necesitan para contarlo los diarios de papel? Claro que los periódicos, que un día se preocuparon algo de la información cultural, hoy no gozan ya de aquel prestigio que les dimos los lectores, los mismos que ahora se lo discutimos. Y con perdón por la cita tan elevada, esto me trae a la memoria la evocación que Nietzsche pone en boca de Zaratustra: “¡Tú, gran astro! ¡Qué sería de tu felicidad si no tuvieras a aquellos a quienes iluminas!”. Si astro lo sustituimos por periódico y aquellos por los lectores…, pues eso, que ya lo vio venir el filósofo hace más de un siglo. Ahora, los diarios están (pre)ocupados por su supervivencia y por llenar sus páginas con las corruptelas de los servidores públicos (lo de los servidores es un decir), los vaivenes de la democracia, las nuevas guerras territoriales y, de vez en cuando, se ponen pavos y cuentan los miles de ejemplares que aún venden y lo que superan a sus competidores. ¡Qué panorama!, ¡qué alegría! Las páginas de cultura están vacías de chispa y todo se reduce a la ópera, a los grandes directores de orquesta, a los actores de Hollywood que vienen a Madrid a promocionar su última peli, a los desfiles de moda, a exposiciones en N.Y. o en Kuala Lumpur, como si fuésemos por ahí cada semana, y en ese plan.
Visto el panorama, me uniré yo también a las redes sociales para contar la importancia de este premio que está diseñado para descubrir nuevas voces literarias. Esta es la buena noticia:
Creado por la agencia literaria Dos Passos, Ámbito Cultural de El Corte Inglés y la editorial Galaxia Gutenberg, el galardón busca descubrir nuevos escritores y apostar por la calidad literaria. Estos son los objetivos con los que nace el Premio Dos Passos a la Primera Novela, un premio que ofrece la oportunidad para que un autor novel pueda iniciar su carrera literaria, tiene una dotación de 12.000 euros, que avala Ámbito Cultural de El Corte Inglés, la publicación del libro en la editorial Galaxia Gutenberg, además de que el ganador entraría a formar parte de los autores representados por la agencia Dos Passos.
“Poner en valor el libro, la lectura y la profesionalización del autor», es lo que destacó Palmira Márquez, directora de Dos Passos, calificando el año 2013 de «nefasto» para el sector editorial. A su agencia llegan una media de 30 manuscritos semanales, con lo que «no podemos dar respuesta a todos, lo que supone una gran frustración» pese a ser conscientes de que muchas obras “merecen ser leídas», comentó.
Joan Tarrida, director de Galaxia Gutenberg, resaltó la necesidad de profesionalizar a los escritores españoles y la gran diferencia que en este aspecto existe con los autores anglosajones, franceses o alemanes y por ello ha considerado esencial dar continuidad a los creadores, lo que pueden permitir premios como este.
El escritor Fernando Marías participó también en la presentación del libro recordando sus «ingratos» inicios en el mundo de la literatura cuando no conseguía publicar, por lo que consideró que, “ iniciativas como ésta pueden devolver la ilusión al escritor joven». El director de Ámbito Cultural de El Corte Inglés, Ramón Pernas, manifestó que, en la actualidad, leer un libro, ir a una exposición, a un cine o a un teatro supone «un acto de resistencia» e, incluso, «de heroísmo».
El fallo se conocerá el 21 de octubre. La novela ganadora será publicada el 14 de enero del 2015, día en que nació, en 1896, el escritor John Dos Passos, y los manuscritos hay que enviarlos a: premiodospassos@dospassos.es hasta el 30 de mayo de 2014. Enhorabuena, porque este año un nuevo autor se despertará un buen día con 12.000€, la publicación de su novela y el apoyo de una agencia literaria que velará por el crecimiento de la obra. Tampoco he llenado demasiado espacio para contarlo, ¿verdad?
LA MALA NOTICIA: La librería Manterola cerrará a finales de año
1. La inmadurez de Maduro
“Venezuela, un país para querer”, decía un eslogan de los años 70, y, efectivamente, quien conozca ese país, lo corroborará. Eran los tiempos de Carlos Andrés Pérez e incluso de Herrera Campins, en los que los españoles hicieron las américas y el bolívar estaba tan alto como el franco francés. No es que estos gobiernos, anteriores a Chávez, hubieran llevado la estabilidad que necesita cualquier país para mantenerse en el llamado concierto internacional, pero de eso a lo que está pasando con Nicolás Maduro, mal discípulo de un peor maestro, va un abismo. Ahora amenaza con hacer una revolución –incluso violenta– porque los estudiantes se rebelan contra los abusos del gobierno. Es increíble cómo algunos dictadores manejan el lenguaje a su antojo; hablar de revolución desde el poder es como creer que el PRI también es revolucionario porque lo digan sus siglas. Claro que ya se encargaron de agregarle la I de Institucional para mayor escarnio del lenguaje.
2. El Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid o la crisis que no cesa
La crisis va por barrios. El desastre nacional continúa acelerándose tras la desaparición de casi 200 obras de arte del inventario histórico-artístico, del traspaso de Conde Duque a la empresa Madrid Destino o de la falta de programación de los centros culturales. Ahora, con la marcha de Pablo Berástegui y de Juan José Herrera, el Conde Duque queda sin dirección. Igual que ocurre con el país, esta deriva tiene que ver con la falta de liderazgo, lo que conlleva una dramática ausencia de toma de decisiones políticas; claro que se trata del mundo cultural, ámbito del que los dirigentes municipales –y nacionales– carecen absolutamente de criterio, como queda patente por los impuestos salvajes y los demás destrozos de lesa humanidad que empezaron con la música y continuaron con el cine y el teatro, la industria editorial, la educación, la sanidad, la ley del aborto…, para que luego digan algunos que todos los partidos son igual Lanzo algunas preguntas para comprobar si la vida sigue igual. La primera es para la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Museos: ¿Seguimos sin plan para nuestros museos municipales?, ¿hasta cuándo? La segunda es para el concejal del Área de las Artes (¿existe tal figura?): ¿cómo va el Plan Estratégico de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, llamado PECAM?, y una duda: la nueva-vieja Dirección de Actividades Culturales… ¿de qué se va a ocupar?
Como no obtendremos ninguna respuesta me vienen a la cabeza dos preguntones recurrentes en plena dictadura franquista: Tip y Coll, con aquel glorioso final de sus intervenciones televisivas: “¡La semana que viene hablaremos del gobierno!”, y también los inefables Chumi Chúmez, Manolo Summers, Ops, Gila, Perich, Forges…, del Hermano Lobo. Semanario de humor, dentro de lo que cabe, que ante la pregunta: “¿Para cuándo las asociaciones políticas?”, hacían que el lobo respondiera invariablemente: “Para el año que viene, si Dios quiere”.
3. Quítate tú pa ponerme yo
Los atropellos de los políticos es algo que caracteriza a este país nuestro. Ellos están tranquilos, ¿lo están realmente?, ejecutando a diestro y siniestro lo que quieren, mientras en la calle se está formando a cada error suyo un clamor que es cada día más evidente. Una derechona que nos echa a la policía, como en los peores tiempos de los grises que aporreaban por pensar diferente. ¿Acaso no es una provocación a la comunidad laica los montajes que este ayuntamiento pone de vez en cuando en la plaza de Colón para celebrar misas? La respuesta sigue estando en el aire y las cosas se están consiguiendo mediante la presión popular: los triunfos de Gamonal, Stop desahucios o las batas blancas de la Sanidad Pública son ejemplos recientes.
Cuando llegó Francisco Álvarez Cascos a la presidencia de Asturias en mayo de 2011, perpetró todo tipo de tropelías políticas hasta que de nuevo fue bajado del poder por el poder de las urnas. Dejó en evidencia su ineficacia como gestor pero también su colmillo retorcido le hizo ver las orejas al lobo. Afortunadamente estuvo un tiempo muy corto pero le sirvió para desbaratar todo lo que con tanto empeño había conseguido el gobierno de Tini Areces. Como casi todos los políticos de la derecha, Cascos tampoco se lleva bien con la cultura. Su actual esposa, María Porto (su padre la inscribió en el registro civil como María de la Hoz Porto, para que su nombre llevase el emblema del comunismo), fue directora de la galería Marlborough y formó equipo con Joaquín Torres, el arquitecto de las estrellas. Es decir, que la esposa de Cascos trata con la cultura, pero con la cultura que da dinero. Cascos tuvo en sus manos la posibilidad de impulsar lo que ya estaba funcionando, pero si lo hubiera hecho habría pasado a la historia como un político con visión de futuro y actuó como el jefe cutre que echa abajo las ideas de sus trabajadores, no vaya a ser que crean que él no tiene ideas propias. ¿En qué quedó, por ejemplo, la sede de la Delegación del Principado en Madrid?, ¿un lugar en el centro de la ciudad que durante tres años y medio dedicó su esfuerzo en crear el ambiente propicio para ser una plataforma de Asturias en la ciudad en donde aún se decide todo?, ¿una sede, que es propiedad del gobierno regional, que sirvió de escaparate de la cultura, del turismo y del mundo empresarial? ¿Es mejor ahora que permanece cerrada a cal y canto, con un letrero de Se Vende y una legión de indigentes durmiendo ante su fachada?, ¿es mejor esa imagen que la de puertas abiertas en la que mostrar a la sociedad madrileña las bonanzas de nuestra tierra? Las demás Delegaciones en Madrid, con la catalana a la cabeza, faltaría más, continúan vendiendo su nombre en la capital. Nosotros no, ya no estamos ahí porque llegó el comandante y mandó a parar, como dice la canción de Carlos Puebla: «Y en eso llegó Fidel».
4. Malos tiempos para la lírica, la épica y la dramática
Baltasar Garzón, Elpidio Silva, Pedro J. Ramírez, son nombres de personajes relevantes, no importa si nos caen bien o no. Ellos detentaron una parcela importante de poder pero ninguno midió el otro, más omnívoro y absoluto –no tenían que hacerlo para ejercer su libertad- que, harto ya de estar harto, les cortó la cabeza. España ha pasado del ejercicio del consenso, de un ingenuo café para todos y de presumir de unos intachables padres de la Constitución, a estar en los primeros puestos del ranking mundial de chorizos por metro cuadrado. No hay ayuntamiento, partido, persona jurídica, institución cualquiera en cualquier Comunidad Autónoma, que no esté pringado hasta el alma. Los primeros, la cúpula del Gobierno y la Monarquía, omnívoros y absolutos, que siguen impartiendo doctrina como si la cosa no fuera con ellos. Mientras, al pueblo llano que tiene nómina lo fríen a impuestos y al que no, lo echan de su casa o le dicen que vuelva a casa de sus padres, que allí tendrá algo que llevarse a la boca. El signo de estos tiempos es macabro porque se descabeza a la sociedad por arriba y por abajo y nos cuesta mover un dedo para parar una tragedia que expulsa a científicos y a jóvenes inteligentes y creativos y pretende seguir llamándose Primer Mundo.
5. Bienvenido Sr. Rajoy
Hace unos años, el escritor Jerzy Kozinski escribió una novela que en España se tituló Desde el jardín, con tanto éxito en el mundo que fue llevaba al cine como Bienvenido Mrs Chance, protagonizada por Peter Sellers. Esta es la sinopsis: Chance es un sencillo jardinero con cerca de sesenta años, algo retrasado e incapaz de leer, que ha vivido y trabajado durante la mayor parte de su vida en una casa de Washington, en donde ha estado cuidando las plantas y el jardín. Totalmente aislado de la realidad, toda su relación con el mundo exterior ha sido a través del televisor que apenas entiende y con el que siempre anda zapeando de canal en canal. De hecho, cree que todo es así, como él lo ve en la pantalla, y fuera de eso nada le conmueve. Pero cuando el señor de la casa fallece, Chance es desalojado de la casa. Sin dinero, sin documentación y sin idea de cómo sobrevivir comienza a caminar, sin rumbo, por las calles de la ciudad donde encontrará personajes que le obligan a enfrentarse con una realidad totalmente desconocida para él, y ante los que dará la sensación de ser un sólido, próspero e inteligente hombre capacitado para realizar grandes negocios. Esta falsa imagen, que los nuevos conocidos reciben de él, va a determinar su destino, en el que hallará el amor con una hermosa mujer, el afecto de un poderoso amigo y, por una serie de malentendidos, será propuesto para ser Presidente de los Estados Unidos.
Kosinski construyó un relato sin final aparente, pero con una clara moraleja implícita sobre la simplicidad de aquellos que detentan el poder.
Hasta el jueves, 27, y despedimos este frío febrero. La primavera avanza…
Dice Julio Rey en un bello texto sobre su relación con arte, lo siguiente: “En Malí, una mariposa bate sus alas y los pigmentos que las entintan de colores caen en Mallorca, en la paleta de un artista: Miquel Barceló hunde sus manos en la arcilla con gestos primigenios y la liturgia de crear vuelve a repetirse, y esta vez no es necesario soplar la creación para darle vida porque ya la tiene”.
Julio Rey acaba de hacerse público y notorio como artista; ya éramos admiradores de su genialidad de humorista gráfico en la página 2 de El Mundo, periódico que sufre una nueva crisis con la destitución de su director, fundador, ideólogo y alma y cuerpo a horario completo. ¿Qué pasará con los diarios?, nos preguntamos muchos. En Julio Rey la tinta está en su ADN, los textos que escribe en sus cuadros son “materia expresiva”. Dice: “Los periódicos navegan por mi subconsciente, como románticos y elegantes buques escuela”.
Rey es un pintor que ha respirado el aire de los grandes artistas para colgar ahora con News, su primera exposición, un magnífico mural fragmentado. El espectador de esta muestra se encontrará con homenajes a Jasper Jones, Basquiat, Pollock, Twombly, Tàpies y algunos genios más, que el propio Julio Rey reivindica como maestros, por ejemplo: “Basquiat está atrapando en una tela desmayada sobre el suelo, las paredes pandilleras de la calle… “, o bien: “Tàpies mira al deshabitado blanco que le reta. El lienzo de buen algodón sin preparar refleja su pureza en los cristales de las gafas de concha, que, después de tanto tiempo, ya parecen cordilleras en la geografía de sus facciones (…) Artistas geniales. Una polilla, tal vez mariposa, revolotea hipnotizada por sus incandescentes filamentos maestros”.
Julio Rey necesitaba dar salida a lo que desde hacía tiempo le estaba pidiendo un lugar, y lanzarse al ruedo del arte con mayúsculas. Me dice que no usa caballete, que se tira en el suelo o se encorva sobre un tablero y se expresa. “El instinto me agita, necesitaba pintar… y pinto y descubro cómo soy sin negritas y cursivas. O casi”.
Julio Rey practica un arte en el que mete y mezcla, junto a un dibujo impecable, color, materia y concepto. Una figuración expresionista, han dicho que hace. Seguro, pero tratada con la libertad que inspira toda su trayectoria. Para esta News iniciática, Rey ha colgado en la pared sus cuadros seguidos que se admiran individualmente, y que van conformando un todo. Aquí está su homenaje a Velázquez que él realiza de manera singular: dos cuadros, uno debajo del otro, en el que está el Rey real, el monarca de España, en pequeño formato, y encima de él, un bufón vestido de torero, impresionante en su mirada. Tremendo fresco de la España eterna.
Rey es un pintor de historias, como definió Ángel González la pintura de Orlando Pelayo porque los cuadros de Julio Rey también son relatos, como el del calamar que lanza un chorro de tinta entre la que se lee “Paint it black”, honor y gloria a la legendaria canción de los Stones; el enorme cuervo que homenajea a Poe trae el sonido de su inquietante “Nevermore” (“Nunca más”), o, entre otras muchas propuestas, la de la calavera con la leyenda ÁFRI ca, en la que la ca final corresponde a una parte del logo de la Coca-Cola. “En este cuadro”, explica Julio “, el bote que he puesto en un lateral está oxidado porque estuvo cerca del mar”. Y aquí es donde Julio Rey saca de nuevo una amplia sonrisa porque se trata de hablar de Llanes, en Asturias, donde tiene una casa que es su refugio y su salud. Ahí es donde ese elemento del cuadro, que era otro, sufrió su natural transformación química.
En la obra de Julio Rey la materia respira. Es pura verdad, encuentro feliz con la naturaleza, la muerta y la viva. Un alegato en favor de la autenticidad (él lo llama ingenuidad, pero es mucho más), por eso ha escrito también este deseo: “que mi obra mire a los ojos, en un vis a vis”. Una propuesta cívica, ética y estética con la que descubrir un valor nuevo en el complejo mundo del arte. Una propuesta que bebe también del primitivismo, del trabajo artesano y de la poesía. Esta es la libertad del creador.
Julio Rey estará hasta el 22 de febrero en Espacio sin título, de la galería de Cano Estudio, en Alameda, 3 de Madrid. Un lugar con vocación de mostrar lo último de los diferentes territorios artísticos.
NACE UN ERIZO CON VOCACIÓN CULTURAL
Como las buena noticias hay que airearlas, hoy celebramos esta iniciativa llamada La cueva del erizo (lacuevadelerizo.com) que, bajo la dirección de Luisa Cabello se ha puesto en marcha hace unos días. La presentación tuvo lugar en «Tipos infames», una de las librerías de Madrid (San Joaquín, 3) con más empuje e imaginación del momento, y estuvo apadrinada por el escritor Jesús Ferrero. Estas son tres de las posibilidades que ofrece esta nueva empresa, creada para fomentar la cultura.
La productora La Cueva del Erizo ofrece a editoriales y medios de comunicación contenidos audiovisuales asequibles para apoyar la promoción de los libros: vídeos de presentaciones, entrevistas, recomendaciones, lecturas. Creación de proyectos especiales según tus necesidades. Consúltanos.
SI lo tuyo no es el vídeo, también podemos ofrecerte cobertura escrita y fotográfica de eventos culturales. Entrega de un resumen de aproximadamente mil palabras, entrevistas a personajes de la industria y reportajes fotográficos (color o b/n).
Te ofrecemos la oportunidad de anunciarte en nuestra web magazine. Disponemos de diferentes espacios totalmente visibles por nuestros visitantes a precios muy asequibles. No dudes en ponerte en contacto con nosotros para poder facilitarle toda la información.
Hasta el próximo jueves, 19 de febrero, en el que el día anterior habrá sido miércoles toda la mañana
En julio de 2006, Kino Verdú, redactor jefe de la revista MAN, me propuso hacer esta entrevista . El motivo era el fin del rodaje de la película de Bigas Lunas, Yo soy la Juani, protagonizada por su último descubrimiento, Verónica Echegui. La entrevista se desarrolló durante una comida, en un ambiente de cordialidad; a los postres, la fotógrafa Nines Mínguez puso el colofón con una sesión de fotos muy divertida de la que he rescatado las dos del final para ilustrar el post de este jueves. La otra fotografía pertenece a la promoción de la película, que se estrenó tres meses después de esta charla. Verónica continúa su carrera: Tocar el cielo, El patio de mi cárcel, La gran familia española… Bigas nos dejaría para siempre un 5 de abril de 2013. Era un excelente gourmand que aún estaba empezando a gozar de la vida.
BIGAS LUNAS: «CON VERÓNICA HA NACIDO UNA ESTRELLA»
Bigas Luna es un buscador nato, un descubridor de talentos, un artista que busca y encuentra cada personaje de sus historias entre la cotidianidad. Muchos de sus filmes son el vivo retrato de una sociedad en constante evolución y en permanente fuga. Con Yo soy la Juani se ha inventado un nuevo icono ibérico, una niña-mujer de la periferia de una gran ciudad que sabe lo que quiere y que, a pesar de las dificultades o tal vez impelida por ellas, decide sobre su propio destino. Verónica Echegui, la actriz que encarna el personaje, ha representado a la auténtica Juani: 18 años, habitante del extrarradio, no marginal, con ganas de comerse el mundo y de triunfar. La Juani es la modernidad de la periferia. La nueva española del siglo XXI.
«Yo todo lo siento aquí”, dice Verónica poniendo una mano a la altura del corazón. “Le estoy infinitamente agradecida a Bigas por haberme elegido entre tantas candidatas”, y le sonríe a este papá oso que es Bigas Luna, uno de los cineastas más controvertidos e interesantes de nuestra filmografía patria.
“¿Cómo ha sido el casting, Bigas?, pregunto, ¿supiste que sería ella desde el primer momento?” “Tardamos ocho meses”, responde. “De las tres mil aspirantes en la selección final quedaron treinta; pasamos a cinco y de éstas salió Verónica, la número 651, pero yo no la vi al principio, no suelo ir a los casting aunque para esta película fui alguna vez. Cuando Verónica pasó una de las pruebas me dijeron: Te va a encantar”. Entonces Verónica pregunta interesada: “¿fue en el primer casting?”, y Bigas, como un padre que no quiere que su hija se malee, responde: “Me lo habían dicho de más chicas también”. Y luego nos mira y dice: “Pero a medida que iba avanzando la selección, Verónica iba ganando fans entre el equipo. Luego la conocí, y ya supe que sería ella. Le dije: ¿tú crees que podrías hacer una buena Juani?, no te veo muy emocionada». Verónica entonces se revuelve en la silla y salta: “¿qué te dije, Bigas, recuerdas?, te dije: si tú me das la Juani yo me vuelvo loca. Y te juro que si me coges no te voy a fallar”, y se ríe. Pero Bigas corrige: “No te decepcionaré, eso fue lo que dijo: no te decepcionaré”.
Para Bigas Luna la elección estaba muy clara, y aunque de las cinco todas podían ser la Juani, en ella sumaba que tenía formación, que era muy receptiva, con muchas ganas de aprender. “Lo definitivo fue que yo siempre trabajo con gente con la que pudo ir a cenar”, cuenta el director, “es una selección que hago siempre, ya sea un eléctrico o un director de fotografía, y Verónica tiene una actitud ante la vida muy luminosa, y eso influye. Ella tenía el 75%”, calcula Bigas. “Yo siempre digo que ser bueno cuenta sólo un 25%, luego hay otro veinticinco en que influye hacer los deberes, el otro veinticinco es la salud (en este trabajo hay que tener fuerza física y mental y ser un corredor de fondo). El 25% restante es suerte”. Y entonces recuerda la impuntualidad de un actor y Verónica se ríe de pronto al acordarse del día de la prueba final en que perdió un avión de madrugada, cómo se enfadó porque no tenía dinero, cómo volvió a casa llorando para llamar por teléfono al productor. “Me imaginaba a Bigas esperando superhipermegaserio”. Pero el director se ríe y recuerda casos como los de Orson Welles o Buñuel que tuvieron problemas por la impuntualidad de algún actor. “Pero yo soy muy puntal, ¿eh? -dice Verónica-, lo cuento solo como una anécdota”.
Del casting, Bigas Luna recuerda un caso que le dejó conmocionado: “Un día una chica me puso la piel de gallina. A la pregunta de «¿Qué haces los sábados?» respondió: «El sábado me voy a casa de mi madre, mi abuela está muy mal, se hace las necesidades encima y así ayudo a mi madre, que aprovecha ese día que voy, para salir. Yo me quedo con mi abuela, el día se me hace muy largo. Le leo el periódico, le cuento cosas, y si es necesario la cambio. Cuando regresa mi madre yo me maquillo, me pongo la minifalda y me voy a follar, que es lo que más me gusta». Todos estábamos callados, sin hacer ningún comentario. Ella seguía mirando hacia la cámara y preguntó: «¿He terminado?». Nos dio las gracias y se marchó.
Pero, ¿quiénes son en realidad las Juanis?, ¿por qué se llaman así y qué buscan en la vida?, ¿en qué se diferencian del resto de las chicas de su edad? Según Bigas Luna la Juani “es la mujer española del siglo XXI, pero una mujer que ya no es víctima del machismo, que es libre”. Es lo que le dice en un momento dado a su chico, Jonha –de Jonhatan– (en el reparto es Dani Martín, líder de El Canto del loco) cuando discute con él: “No te olvides de que yo soy libre”. Bigas ha encontrado una nueva figura de marcado carácter social en su carrera como cineasta: “La Juani es un icono ibérico que no se muestra de manera folclórica, sin que eso tenga nada de peyorativo. Yo creo que el último icono ibérico de mujer española fue Lola Flores. La Juani pretende ser la mujer española contemporánea, la chica del extrarradio, que son así, en realidad, aunque aún no se ha sublimado, como pasó con Jamón, jamón, por ejemplo”.
Uno se pregunta sobre los jóvenes que habitan la periferia de las ciudades, los barrios que rodean las grandes urbes, y se da cuenta de que no sabe nada ellos, de que ignora con qué sueñan, cómo se divierten, cuáles son sus héroes, y entonces recuerda otros grupos marginales que no tienen nada que ver con el entorno de esta película. “Hace tiempo que me interesa ese mundo, y creo que la modernidad y la creatividad no están en el centro sino en las periferias. Lo que he querido retratar es uno de los grupos sociales más creativos e innovadores de la cultura de hoy: la gente joven de la periferia de las grandes ciudades. Chavales que quieren mejorar su entorno, tener personalidad propia y ser diferentes. Personajes que quiero sublimar y convertir en pequeños héroes de nuestra realidad, con sus coches tuneados, sus músicas, sus mestizajes, sus modas. La Juani es la máxima representante de todo ese grupo social, la reina del extrarradio. Una líder, fuerte, liberada, sensible y muy unida a su barrio”. Pero Bigas Luna no quiere olvidar que la Juani es un proyecto: “Sí. Prefiero hablar de proyecto más que de película porque en realidad son dos películas (la siguiente –absolutamente secreta– se llamará Juani Hollywood). Quiero dar a conocer a una nueva actriz en el panorama cinematográfico. Será, como suele decirse, una nueva estrella. La película está inmersa en la actualidad de la televisión, de internet, de las nuevas formas de visionado de un proyecto…, todo ese magma en el que pasan cosas terroríficas y maravillosas al tiempo, donde perviven la piratería, las tecnologías y las nuevas formas de ver una obra. Esta película pretende entrar en ese desarrollo”.
Verónica ha aprendido mucho de la Juani. Y tienen cosas en común, dice: “La fuerza para conseguir lo que quiero, las ganas de comerme el mundo, la energía de chiflarme por todo, la frescura y la espontaneidad, pero yo no tengo nada que ver con el extrarradio, mi barrio está entre Estrecho y Nuevos Ministerios, pero he tenido bastante contacto cuando iba al instituto y observé mucho (vi allí muchas juanis y muchos jonhas). Y cuando supe que iba a hacer la película me lancé a la calle a observar, no soy obsesiva pero me gusta jugar, salgo a la calle y me mimetizo. Entre ellos tienen sus códigos de honor, sus grandezas y sus miserias. Nosotras [las Juanis] bailamos en la disco mientras ellos están en la barra, pero la Juani rompe con el mito del machito ibérico. Ella forma parte de ese mundo machista, pero lo manda todo al carajo”.
A Verónica le gusta decir esas cosas, se ve que está cómoda representando ese papel en la película y que le gusta ser diferente. Bigas continúa cercando el territorio mítico: “Esta es una peli de ficción que quiere sublimar estos personajes, su parte creativa, incluso su parte glamurosa, su ilusión, ese deseo de vivir las ilusiones donde están; quieren mejorar pero también quieren estar bien: ir a la discoteca, arreglarse, divertirse, vivir un día a día digno y con ilusión, sin actitud negativa”. Y sigue Verónica: “La Juani no reniega de donde viene, de sus raíces, ella está orgullosa de su barrio, aunque diga: me voy de esta mierda, sólo porque no se siente realizada, porque su novio la engaña y a su mejor amiga, Vane, el suyo la trata mal”.
¿Y la relación con tu novio, Jonah/Dani?: “Juani y Jonha discutimos de matarnos. Los dos tienen mucho carácter, Jonha es muy chulo y Juani más. Pero le quiere un montón”. ¿Qué más has aprendido de su personaje?: “Mucho. He aprendido a ser más directa, a no dar tantos rodeos y a ser más valiente, a quererme más, a tenerme más en cuenta y a saber perdonarme”. ¿Y qué le has dado tú?: “Yo a ella le he dado toda la sensibilidad que tengo, que a pesar de que ella es una chica dura, a mí me apetecía que se le viera también humanidad, espontaneidad e inocencia; yo creía que la Juani tenía que tener todo esto porque ella es muy femenina y sensual pero tiene un lado masculino fuerte, que es el que le hace tirar de la gente, en su casa se siente el pilar fundamental, la persona más equilibraba. Es una líder, aunque también necesita de los demás, claro”.
Hay muchas anécdotas en el mundo del cine sobre besos interminables que no oyen la voz del director gritando ¡corten!, pero esa vez, en “Yo soy la Juani”, según Verónica, fue involuntario. “El primer beso que tuvimos que darnos Dani y yo continuamos sin separarnos porque alguien tenía que interrumpirnos al entrar a escena, pero yo no me enteraba de que tenía que entrar una chica a la voz de “¡Nadia!”; yo pensaba, “pero esta no entra”, y daban una palmada y decían: “¡Nadia!” y yo no veía que entrara nadie, hasta que nos tuvieron que avisar. Imagínate el bochorno”. La otra ocasión fue casi peor: “Yo llevaba un piercing de quita y pon en el labio inferior. Simulábamos estar en un cine y después de darnos el beso ya no lo tenía; nos pusimos todos a buscarlo por el suelo, entre las palomitas, pero no aparecía, hasta que Dani, un poco compungido, dijo: “creo que me lo he tragado”.
De niña, Verónica Echegui se pasaba el día inventando cosas, era la distracción del barrio con sus disfraces y sus historias improvisadas. Le gustaba tanto que a los diecisiete hizo un curso de interpretación y al terminar la selectividad entró en la RESAD (Real Escuela Superior de Arte Dramático) y ahí se formó en la teoría. La práctica le vendría por un papel en la serie de televisión, Una nueva vida, y por el teatro, con Infierno, de Tomaz Pandur, basada en la obra de Dante Alighieri. “No he seguido estudiando pero cuando puedo, voy a seminarios, veo pelis. Me gusta patinar, la música, bailar, leer, las que más me gustan son las novelas que contienen historias fuertes, pasionales, las que me rompen por dentro, como El amor en los tiempos del cólera, de García Márquez. Me enamoré, me volvió loca. Ahora voy a empezar un libro que me han recomendado: El Kybalion [de Hermes Trismegisto] me han dicho que es muy interesante, que vivió en Egipto y se le conoce como el fundador de la astrología y el descubridor de la alquimia”. El cine también es una de sus pasiones: “Lars Von Trier, Woody Allen…”, respecto a las actrices no tiene ninguna duda: Marlene Dietrich y Meryl Streep. Verónica Echegui habla con fuerza y entusiasmo, le va bien el papel que representa de una chica de 18, aunque tiene 24: “Estoy haciendo lo que siempre he querido hacer, tengo las cosas muy claras, quiero convertirme en una buena actriz”. Es una mujer vehemente que se emplea a fondo en lo que está diciendo y que deja que el resto de su cuerpo participe en la narración: los ojos, las manos, la sonrisa abierta… Pero también hay algo en ella de mujer adulta, que no se deja llevar por la marea en la que está envuelta, que la hace creíble, con los pies bien puestos en el suelo, que agradece la suerte –o su tanto por ciento de suerte, según Bigas– que ha tenido al poder representar este nuevo icono nacional que es la Juani. Se muestra cariñosa con Bigas y ambos parecen felices de haberse encontrado. Bigas Luna viste de negro, con gafas negras (no por coquetería sino porque la luz le molesta en exceso), y es grande y experto. Habla del pan que hace en su casa de Tarragona, del vino ecológico, de la alimentación y de la cultura hedonista “que nos viene del exceso, pero que en pleno siglo XXI, sin perder ese carácter hedonista, tenemos que saber cuidarnos: no se trata de vivir más, sino de vivir mejor. Verónica asiente y dice: “Hay que encontrar el equilibrio, y valorarte”, y Bigas: “Pero pecar también es importante, al menos una vez a la semana, el ´nuevo pecar`, ¡eh!, que la palabreja se las trae”. Verónica, con un vaporoso vestido de tirantes salmón rosáceo, está radiante y es amable con todos. Habla por el móvil con su madre antes de la sesión fotográfica y sonríe permanentemente. “¡Has dado un gran salto con esta película!”, le decimos, y se escandaliza: “¡Nooo, estoy empezando, aún me queda todo!”. Lo dice este gran descubridor de actrices que ha sido siempre Bigas: “Con Verónica ha nacido una estrella”.
Ayer fue miércoles
He decidido salir a la palestra cada jueves. Este blog se llama “Ayer fue miércoles toda la mañana”, en honor al poeta Ángel González (Oviedo, 1925-Madrid, 2008), que escribió este poema que comienza con ese verso y que en el siguiente le da la vuelta: “Por la tarde cambió: se puso casi lunes”.
toda la mañana